El proceso electoral en EEUU

Empieza el asalto a Obama

Un seguidor de Romney muestra su fotografía firmada, ayer.

Un seguidor de Romney muestra su fotografía firmada, ayer.

IDOYA NOAIN

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El jueves, en la nave de una constructora en Ames, Frank Dagit, agricultor jubilado de 70 años, asistía a un acto de Mitt Romney, confiando que verle en persona le ayudaría a decidirse sobre si dirigir mañana su voto en los caucus de Iowa hacia al exgobernador de Massachusetts, favorito en las encuestas, o hacia Rick Santorum, el excongresista de Pensilvania, que con mucho menos dinero ha logrado situarse como tercero en esos sondeos. «Cualquiera menos Barack Obama», decía.

Al día siguiente, en un desayuno con Newt Gingrich en un selecto club de campo en Des Moines, la capital de Iowa, Terry Peterson, un empresario hotelero, enumeraba argumentos que le inclinan por el expresidente de la Cámara baja, un hombre con tanta experiencia como pesado equipaje, pero concluía con la misma frase que Dagit. «Cualquiera menos Barack Obama».

En acto de candidato tras acto de candidato durante los últimos días, las conversaciones con los votantes republicanos de Iowa muestran que para los conservadores, este año, importa más el qué que el quién. Ser elegible es, para las bases que determinan la nominación, un activo más importante que el tipo de mandatario que el elegido sería en la Casa Blanca. Y el objetivo de los republicanos para el 6 de noviembre es cristalino: intentar que Obama sea presidente de un solo mandato.

«Esta vez tienen la sensación de que pueden ganar a un presidente en activo, que siempre es más difícil, y no quieren perder la oportunidad», analiza Tim Hagle, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Iowa.

MÁS QUE ELECCIÓN, ELIMINACIÓN / La cuestión vital que empieza a dilucidarse mañana en este estado predominantemente agrícola de tres millones de habitantes y el 88% de población blanca es quién tiene más opciones de imponerse en esta batalla a Obama. Y el de Iowa vuelve a ser visto más como un proceso de eliminación que como uno de elección.

Diez personas llegaron a presentar su candidatura y aún quedan siete en la contienda más fluida y volátil que se recuerda en el campo republicano, que ha hecho de un aluvión de debates (13 de momento) su principal herramienta para darse a conocer. Y el elevado número de aspirantes y la variedad de sectores que representan dentro del conservadurismo confirman la ruptura de la homogeneidad que solía identificarse con el partido de Ronald Reagan, un fin que empezó a verse en el 2008 y se consumó con el ascenso del Tea Party, la victoria conservadora en las legislativas del 2010, la vuelta a la mayoría en la Cámara baja y el giro del partido aún más a la derecha.

PUBLICIDAD NEGATIVA / Hoy hay más divisiones internas tanto en temas económicos como en los sociales o de valores. Y esas divisiones han impedido sellar definitivamente a Romney su condición de favorito. Es sin duda el elegido del establishment y, según muestra el último sondeo del Des Moines Register, de los votantes de Iowa, aunque estos tradicionalmente castiguen al aspirante apoyado por la maquinaria del partido.

Pero le pisa los talones Ron Paul, el congresista tejano que con sus ideas libertarias y su entregada base puede no ya solo ganar en Iowa, sino plantear la siempre divisiva posibilidad de un tercer candidato en las presidenciales. Y el bloque más conservador del partido, que incluye a los evangélicos y al Tea Party, parece haber descartado definitivamente las opciones de la congresista Michelle Bachman y del gobernador de Tejas Rick Perry, pero ha dado un inesperado impulso, al menos en Iowa, a Santorum.

Iowa ha vuelto a demostrar el impacto de la publicidad negativa, ejemplificado en el hundimiento de Gingrich, que se ha desangrado tras ser ametrallado con tres millones de dólares (unos 2,3 millones de euros) en anuncios negativos. Pero el efectivo ataque al veterano político, tras el que está un grupo que apoya a Romney, es la señal de una nueva realidad que va a marcar toda la campaña del 2012.

Iowa es la primera contienda que se libra con Citizens United en vigor. La criticada decisión del Tribunal Supremo abrió las puertas a las ilimitadas contribuciones económicas de individuos y empresas a las campañas. Romney ha podido mantener el tono amable en sus anuncios mientras un grupo generosamente financiado en buena parte por empresarios con los que tiene lazos profesionales y personales (que oficialmente no pueden coordinarse con él) se ha encargado de hacer el trabajo sucio. Si se han quitado los guantes de tal manera con otro republicano, ¿qué no harán con Obama?