El emperador de Japón sugiere su jubilación

El emperador de Japón Akihito

El emperador de Japón Akihito / periodico

ADRIÁN FONCILLAS / PEKÍN

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Han sido diez minutos de pistas que apuntan a un deseo inequívoco: el emperador reclama el derecho plebeyo a la jubilaciónAkihito ha mencionado el rigor de la agenda, la salud declinante o la importancia de la institución en una alocución grabada retransmitida por los principales canales. No es asunto menor en un país a salvo del virus de la globalización y orgulloso de su idiosincrasia. Abundan en la antigüedad los emperadores que cambiaron el trono por un monasterio budista cuando agostaba su vida, pero la Historia moderna exige que se marchen con su último aliento. No ha habido renuncias en los últimos 200 años y la opción ni siquiera se contempla en la ley.

“Cuando pienso que mi salud está gradualmente empeorando, me preocupa que pueda llegar a ser difícil cumplir mis deberes como símbolo del Estado con toda mi fuerza como lo he hecho hasta ahora” ha explicado Akihito, de 82 años.

En los últimos años ha padecido neumonía y problemas de corazón que han requerido un bypass. También ha recibido hormona de crecimiento para impedir la reaparición de un cáncer de próstata. El cuadro médico ha recortado su febril actividad.

Su decisión era un secreto a voces ya antes de que el mes pasado trascendiera que quería pasar el relevo al príncipe Naruhito, de 56 años. La prensa y fuentes de palacio se han enredado en las últimas semanas en una dinámica de filtraciones y desmentidos que ha desembocado en la aparición televisiva de esta lunes por la mañana.

“Incluso en estas circunstancias, es mi deseo que reflejando nuestra larga historia de emperadores, la familia imperial pueda seguir estando con el pueblo en todo momento y trabajando con él en la construcción del futuro de nuestro país (…) Con el deseo más honesto, he decidido hacer públicos mis pensamientos”, ha continuado.

LA LEY DE LA CASA IMPERIAL

Una reciente encuesta de la agencia japonesa Kyodo revelaba que el 85,7 % de la población apoya su decisión de dejar el cargo. El paso se antoja complejo. La Ley de la Casa Imperial solo contempla el deceso como salida. Algunos han apuntado al artículo 16, que contempla la figura del regente en caso de enfermedad grave o accidente, pero la opinión mayoritaria juzga imprescindible la reforma de la ley actual o la aprobación de una nueva.

Y ahí aparecen las reticencias de legisladores de extrema derecha,  intelectuales nacionalistas y otros guardianes de las esencias, que alertan de que la jubilación voluntaria causará inestabilidad a la institución a largo plazo. "La Ley de la Casa Imperial es permanente . La inserción de nuevos artículos sobre la abdicación podría añadir confusión al sistema sucesorio y al estatus imperial", se leía recientemente en la revista de derechas 'Seiron'.

A muchos en Japón les horrorizaría ver a una mujer en el trono del Crisantemo y Naruhito solo tiene una hija. La le

y contempla que pase de este a su hermano, el príncipe Akishino. El Partido Liberal Democrático que ocupa hoy el poder se negó en redondo una década atrás a que las mujeres heredasen el cargo y el debate acabó de enterrarse cuando la princesa Kiko, esposa de Akishino, tuvo un varón. 

CONSEJO DE EXPERTOS

El primer ministro, Shinzo Abe, ha respondido con un mensaje tan medido como el del emperador. “Considerando su edad, la carga de sus deberes oficiales y sus preocupaciones, debemos pensar con detenimiento lo que debemos hacer”. Podría sugerir que su Gobierno estaría dispuesto a modificar la ley. O lo contrario. Está previsto que el Gobierno establezca un consejo de expertos legales e intelectuales para que trabaje de inmediato pero el trámite parlamentario se alargará durante años.

Es más que probable que al ultraderechista Abe no le satisfaga en exceso ningún cambio en el milenario andamiaje nacional. Y menos aún cuando necesita toda su energía para revitalizar la economía y profundizar el giro militarista en un país que durante décadas ha ejercido de inspirador ejemplo global de pacifismo. El derecho a la autodefensa colectiva que propugna Abe podría arrastrar a su país a cualquier aventura militarista de Estados Unidos en el mundo. La opinión pública en contra no ha frenado el ímpetu del primer ministro.

Akihito recibió el trono de Hirohito en 1989 y rompió la tradición. Su padre es una figura controvertida aún por haber llevado a su país a la aventura imperialista que causó dolores incontables en Asia y desembocó en la rendición tras las bombas de Hiroshima y Nagasaki. Akihito se ha esforzado en cicatrizar las heridas de los vecinos y mostró su “profundo arrepentimiento” en el 70 aniversario del final de la guerra. Muchos vieron en su discurso la respuesta al viraje militarista de Abe. El continente agradecerá que el príncipe Narihito persevere como sutil contrapeso imperial al Gobierno.

LAS CLAVES DE LA NOTICIA

  • ¿Por qué el emperador no puede abdicar? La abdicación no está contemplada en las leyes existentes y, por lo tanto, deben ser cambiadas para que el emperador pueda abandonar el cargo. Los cambios deberán, posteriormente, obtener el aval del Parlamento.
  • ¿Qué piensa la opinión pública?  La mayoría de ciudadanos apoyan la decisión del emperador de dejar el cargo. Un reciente sondeo publicado por la agencia de noticias Kyodo apunta que un 85% de la ciudadanía piensa que la abdicación debe ser legalizada. Pero un sector conservador de la sociedad japonesa, se opone.
  • ¿Es la primera vez que se discute la posible revisión de una ley?  El debate sobre si una mujer puede estar capacitada para acceder al trono se puso sobre la mesa en el 2006 cuando el emperador no tuvo nietos pero quedó suspendido en el mismo momento en el que nació un varón en la familia imperial.
  • ¿Cuál es el rol del emperador? El emperador no tiene poderes políticos pero tiene muchas atribuciones oficiales, como por ejemplo recibir a mandatarios extranjeros. La monarquía japonesa practica la religión Shinto y el emperador lleva a cabo ceremonias religiosas