ACTO PÚBLICO EN BARCELONA

Economía en blanco y negro

Yannis Varoufakis describe un panorama lúgubre sobre la eurozona y el funcionamiento de las instituciones europeas en un centro del Born desbordado

Entretenido 8 Varoufakis, ayer, durante su charla en el Born Centre Cultural, ayer.

Entretenido 8 Varoufakis, ayer, durante su charla en el Born Centre Cultural, ayer.

ALBERT GUASCH / BARCELONA

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Yannis Varoufakis se reveló ayer como un maestro de los aforismos mordaces. Bruselas, eurozona, eurogrupo, eurocámara y otros conceptos continentales son capaces de sacar de él sentencias cargadas de dinamita. Un botón: «El Eurogrupo no se distingue por su sustancia intelectual». O este otro: «En Bruselas odian la democracia; es una democracia cosmética».

Varoufakis compensó de sobras a los numerosas asistentes que hicieron una cola asombrosa alrededor del Born Centre Cultural. Dio juego el exministro de Economía griego, cuyo magnetismo quedó sobradamente acreditado. Es una estrella y sus opiniones sobre Europa y los mercados se escuchan con deferencia, pero tienen un componente potente de espectáculo que él alimenta. La economía como entertainment.

La entrevista con público, conducida por la periodista Mònica Terribas, sirvió de entrada para que Varoufakis se explayara en su demonización de las instituciones europeas. De la UE dijo que fue «creada como un cártel», y que así sigue, pensando solo en las ganancias, y que  «el dinero no está sometido a la presión democrática». La primera ovación y las primeras risas se las ganó con esta frase: «El Eurogrupo es como las áreas en que está prohibido fumar. Ahí está prohibida la democracia».

El Eurogrupo se llevó sus picadas más venenosas. Recordemos que en ese foro, entre ministros de Economía, Varoufakis pasó ratos muy amargos durante los siete meses que agarró la cartera de las finanzas griegas. «Cuando fuimos elegidos, Grecia se encontraba en una situación terrible, y fuimos a Bruselas a decirles que su plan había sido un fracaso, que probásemos otra cosa. '¿Por qué no nos sentamos y diseñamos algo nuevo?', dijimos. Y la respuesta era siempre la misma. 'Las reglas son las reglas'. Como un mantra. Individualmente hay gente brillante, y solo cuando no hay micrófonos dicen la verdad, pero como grupo, repiten el mantra: 'las reglas son las reglas'. Es la irracionalidad de Bruselas».

Demasiado dinero

Varoufakis identificó cuatro crisis en Europa: crisis de los bancos, de la deuda pública, de falta de inversión y la social. En este plano estrictamente económico fue cuando dijo una de sus frases más sorprendentes. «Un problemas en Europa es que hay demasiado dinero -aseveró-. «No lo tenemos nosotros, sino fondos en Alemania que no saben dónde invertir». Y propuso, porque Varoufakis vino también a proponer, a crear una política europea que canalice ese capital para crear «un clima optimista para la economía». «Mi modelo -dijo- es el de EEUU de los años 30 con el 'New Deal'».

Pero ante todo propuso un movimiento paneuropeo que supere a los partido políticos nacionales, «porque son incapaces de cambiar Europa». Ese parece el leit motiv de la gira que hoy le llevará a Portugal, ayer a Barcelona y antes a otras ciudades europeas. Varoufakis alienta la idea de fomentar «conversaciones» para que de abajo a arriba, por toda Europa, se genere un movimiento popular que democratice las instituciones. «No es una fantasía. Parece radical, pero es más sencillo de lo que parece».

Y añadió: «La sensación de soledad que habéis tenido los catalanes respecto a Europa, de que os echarían de todas partes si votabais por la independencia, es como la que tuvimos los griegos al ser aplastados por el Banco Central Europeo (BCE). Y hay muchos más así en Europa. Nos tenemos que unir. Somos la mejor oportunidad para que Europa sobreviva. Si no, se autodestruirá». Ante esta postal lúgubre, puso un cierre inesperadamente lírico: «Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad». Ovación para la estrella.

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