INQUIETUD EN NUEVA YORK

Las dudas sobre la salud de Clinton saltan al primer plano

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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Hillary Clinton está siendo tratada de una neumonía que le fue diagnosticada el pasado viernes y que sumada a una deshidratación, de la que ya está recuperada, según su doctora, le provocó un desmayo mientras asistía ayer a la ceremonia por las víctimas del 11-S en la 'zona cero'.

Hasta ahora, la candidata demócrata a la presidencia de EEUU había usado la ironía y el humor para responder a crecientes interrogantes y teorías conspirativas lanzadas por los republicanos sobre su estado de salud y su capacitación física para ser presidenta del país, un cargo al que, de ganar en noviembre, llegaría con 69 años. Tras el incidente en la 'zona cero', captado en un vídeo que ha corrido como la pólvora, difícilmente podrá seguir haciendo bromas. 

Su equipo de campaña se esforzó en asegurar que era un simple «golpe de calor», pero finalmente el entorno de Clinton tuvo que reconocer que la candidata estaba siendo tratada con antibióticos de una neumonía diagnosticada a raíz de una exploración por su tos alérgica persistente, y que los médicos le habían aconsejado descansar y relajar la agenda. 

TEMA CENTRAL DE LA CAMPAÑA

Así, la salud de la candidata se ha convertido en un tema real y muy central en la campaña cuando faltan escasos dos meses para las elecciones presidenciales. Ayer, una persona cercana a los Clinton declaraba al diario digital 'Politico': «No es el fin del mundo. Ella está bien, pero esto no es bueno. Añade un nuevo elemento no bienvenido». Y James Carville, un veterano asesor de Clinton, confesaba a la misma página web que aunque «todos los doctores han dicho que está sana (...)  Esto es algo de lo que la gente no va a ser capaz de dejar de hablar. Veremos [qué pasa]».    

En este ciclo electoral, tanto Clinton como Donald Trump, que tiene 70 años, han roto con la tradición de hacer públicos detallados informes médicos y hasta el momento solo han facilitado breves documentos. 

Trump solo colgó en su web una carta de una página y cuatro párrafos de un gastroenterólogo, que reconoció haberlo redactado «aceleradamente». Clinton, por su parte, facilitó algunos informes y una carta de dos páginas de una doctora recordando problemas médicos de su pasado, incluyendo la contusión que sufrió en diciembre del 2012 tras un desmayo por un virus estomacal y que le dejó un coágulo en el cerebro y doble visión. La doctora Lisa Bardack –la misma que le está tratando la neumonía– decía que aquel problema se resolvió «en dos meses» y la declaraba «en excelente condición física y preparada para ser presidenta».

Unas declaraciones del expresidente Bill Clinton, que habló de un periodo de recuperación de seis meses, desataron las teorías conspirativas entre los conservadores. Y Trump, que repite que Hillary no está preparada «física ni mentalmente» para ser presidenta y asegura que le falta «aguante», también sembró la duda en Twitter. «Creo que los dos candidatos, Corrupta Hillary y yo mismo, tenemos que hacer públicos informes médicos detallados», escribió el 28 de agosto. «¡Yo no tengo problema en hacerlo! ¿Hillary?».

Y el mareo en la 'zona cero' echó más leña al fuego. Clinton llegó ayer, domingo, sobre las 8.15 horas para participar en los actos de conmemoración del 11-S. El termómetro marcaba unos 28 grados y el índice de humedad era del 46%. Como muchos otros invitados, entre los que también estaba Trump, Clinton vestía traje de chaqueta. Sobre las 9.36, los periodistas notaron su ausencia y poco después la conservadora cadena de televisión Fox era la primera en informar de que se había «desmayado», pero sin imágenes.

Estas llegaron poco después por Twitter, en una grabación de un invitado al acto. Se veía a Clinton esperando a su vehículo apoyada en un poste. Al llegar el coche, intentaba acercarse, pero no lograba mantenerse en pie sin ayuda. Su equipo no ha aclarado lo sucedido hasta alrededor de las 11 de la mañana. Lo ha hecho con un comunicado en el que se aseguraba que la candidata “durante la ceremonia sintió un golpe de calor así que se marchó para ir al apartamento de su hija y se siente mucho mejor”.

Después de 45 minutos, Clinton ha salido de la vivienda de Chelsea, cerca del edificio Flatiron, a menos de cuatro kilómetros del World Trade Center. Sonriente, ha declarado ante las cámaras que se sentía “estupendamente” y ha dicho “es un día precioso en Nueva York”. Pero su cuartel de campaña en Brooklyn no debió de pensar lo mismo a menos de dos meses de las elecciones