incertidumbre política

Los deberes del sucesor de Renzi

La crisis de la banca será el más urgente de los temas espinosos que deberá abordar el próximo primer ministro de Italia, sea quien sea

Renzi, a través de la ventana de su despacho del palacio Chigi

Renzi, a través de la ventana de su despacho del palacio Chigi / periodico

ROSSEND DOMÈNECH / ROMA

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La brusca dimisión del Gobierno de Matteo Renzi por su derrota en el referéndum de reforma de la Constitución del pasado domingo deja sobre la mesa de su sucesor varias carpetas abiertas, algunas urgentes y otras importantes, que afectan tanto a la relación de Italia con la UE como a la situación nacional. 

LA CRISIS DE LA BANCA

La bolsa de Milán sigue bien de salud, tranquilizada por la discreta pero masiva intervención del Banco Central Europeo (BCE) sobre la deuda pública, el 60% de la cual está en manos italianas. La prima de riesgo tampoco se ha disparado, como algunos temían y otros esperaban, principalmente algunos fondos de inversión de EEUU y grandes especuladores internacionales de oficio. Pero la crisis que de verdad preocupa, en Roma y en Bruselas, es la de la banca. El banco Monte Paschi de Siena (MPS), el más antiguo del mundo, debe ser recapitalizado en una semana o poco más, so pena de que, si no se encuentra otra fórmula, su salvación de la quiebra comporte un aval del Estado para el inversor –una especie de nacionalización-- de al menos 4.000 millones de euros o, si hubiera que cerrarlo, una pérdida de 13.000 millones para los pequeños ahorradores que habían invertido en obligaciones de la institución. Se trata de algo que el futuro primer ministro, sea quien sea, no se podría permitir sin provocar protestas masivas y seguramente no pacíficas. Renzi había pedido un plazo mayor, que la BCE le había negado. Dado que las ayudas estatales a los bancos ya no están permitidas por la UE, el BCE tiene la lupa sobre Siena, mientras los posibles inversores, entre ellos los fondos estatales de Catar, se mantienen a distancia ante la ausencia de Gobierno. Un problema menos urgente pero no menos grave lo presenta también Unicredit, que debe hallar una solución a su extraordinario endeudamiento. Los créditos dudosos de la banca italiana alcanzan el 17% y suman 360.000 millones de euros

LOS CONTENCIOSOS CON EUROPA

Con Europa, Renzi tenía tres contenciosos abiertos y concatenados, que no desaparecen: el aumento del límite del déficit del 2,2% al 2,4% (unos 30.000 millones), argumentado con el impacto de la reconstrucción después de los terremotos del verano (al menos 7.000 millones) y la acogida de 170.000 refugiados e inmigrantes llegados este año, que ningún país europeo quiere compartir y que solo para su mantenimiento comportan el desembolso de entre 30 y 35 euros al día por persona. Pero muy probablemente lo que más preocupe en Europa de la crisis italiana sean sus consecuencias políticas, inscritas en el envalentonamiento de los escépticos o directamente contrarios al proyecto europeo que se vive en buena parte del continente.

LA CARPETA INTERNA

En el ámbito interno, quedan para al sucesor de Renzi temas espinosos como la transformación en bancos de varias cajas de ahorros, la implantación de parte de la reforma laboral, el congelado plan preventivo nacional contra desperfectos sísmicos e hidrológicos y los prometidos 85 euros de aumento mensual a los funcionarios, la reforma de la Agencia Tributaria y la supresión de las provincias (diputaciones), que ya estaban siendo desmanteladas, pero el 'no' en el referéndum ha frenado el proceso, con el consiguiente desbarajuste para el personal y los servicios que prestaban en los ciudadanos. “Para el 2017 no hay presupuesto”, han informado las diputaciones provinciales. Globalmente, las medidas previstas por el Gobierno de Renzi para el 2017 representaban unos 7.000 millones de euros de ahorro para las familias y unos 8.000 millones menos en impuestos para las empresas.