DISTENSIÓN EN EL LEJANO ORIENTE

La cumbre Trump-Kim, más cerca

Mike Pompeo, director de la CIA y nominado a secretario de Estado, se ha reunido con el líder norcoreano para preparar el histórico cara a cara

Mike Pompeo, Kim Jong-un y Donald Trump.

Mike Pompeo, Kim Jong-un y Donald Trump. / HK/

Idoya Noain

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Mike Pompeo se asienta como uno de los hombres de confianza de Donald Trump. El presidente de Estados Unidos ha confirmado este miércoles que el director de la CIAnominado a secretario de Estado, fue enviado en misión secreta a Corea del Norte y se reunió con Kim Jong-un para preparar el histórico encuentro cara a cara entre los dos líderes en el que EEUU intentará lograr la desnuclearización del régimen de Pionyang. Aunque en su tuit Trump se ha equivocado y ha dicho que la reunión fue “la semana pasada”, en realidad se produjo antes, en Semana Santa. Pero lo que importa es lo que pasó. “El encuentro fue muy bien y se ha formado una buena relación”, según el propio Trump. “Los detalles de la cumbre se están decidiendo ahora”.

La elección de Pompeo para la misión no es casual. El antiguo congresista del Tea Party forma parte del núcleo duro de Trump, que le puso al frente de la CIA, la principal agencia del espionaje estadounidense. Desde allí ya había mantenido contactos con la Oficina General de Reconocimiento, el equivalente norcoreano a la CIA, a través de un canal de comunicación que mantienen las dos agencias. Y Pompeo también ha estado en contacto con Suh Hoon, el director del Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur, que fue quien transmitió personalmente a Trump en la Casa Blanca la oferta de Kim de reunirse.

Pompeo, además, fue elegido hace poco más de un mes por Trump para relevar a Rex Tillerson como secretario de Estado. Y la importante misión que le ha encomendado Trump para preparar la histórica bilateral podría ayudar a que logre ser aprobado para el cargo en el Senado. Al menos eso intenta la Casa Blanca. Con algunos demócratas e incluso el republicano Rand Paul opuestos a confirmar su nombramiento, este está todavía en el aire. Y tras anunciarse el viaje a Corea del Norte, Sarah Huckabee Sanders, la portavoz de Trump, ha urgido a los demócratas a “dejar de lado la política, reconocer que la seguridad nacional es demasiado importante y confirmar a Pompeo”.

Ni la CIA ni la Casa Blanca han dado detalles exactos de qué han hablado exactamente Pompeo y Kim. No se sabe si en la agenda de la cumbre habrá algo más que la buscada desnuclearización de Pionyang. Y Trump solo adelantó el martes que están estudiando cinco posibles escenarios para que se produzca el encuentro de los dos líderes, y también dijo que se celebraría a principios de junio o incluso antes, aunque también dejó abierta la posibilidad de que no llegue a mantenerse si algo se tuerce.

De momento, no obstante, las gestiones están pavimentando el camino para una cumbre que hace solo unos meses nadie habría podido predecir. Era impensable cuando dos líderes tan volátiles y exagerados como Trump y Kim estaban sumidos en una escalada de ataques retóricos, mientras Pionyang intensificaba sus pruebas nucleares y de misiles balísticos, y Washington, la presión y las sanciones. O cuando Tillerson estaba al frente de Estado. El antiguo empresario petrolero había apostado por abrir nuevas vías diplomáticas con Corea del Norte, una apuesta que le alejó de Trump, en público y en privado. En octubre, cuando Tillerson estaba de visita oficial en Pekín, Trump tuiteó: “Le he dicho que pierde el tiempo intentando negociar con el pequeño hombre cohete”, el insulto que usaba entonces para Kim. Hace solo medio año.