Los disturbios racistas sacuden Córcega

Grupos de corsos han atacado mezquitas bajo el grito "¡Árabes fuera!"

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IRENE CASADO SÁNCHEZ / PARÍS

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Todo comenzó con una manifestación pacífica en solidaridad con los policías y bomberos agredidos por un grupo de encapuchados la noche del 24 de diciembre en la ciudad de Ajaccio, al sur de Córcega. Las protestas se sucedieron durante la jornada del viernes cuando cerca de 600 ciudadanos se congregaron frente a la comisaría de Ajaccio. 300 de entre ellos continuaron la movilización en los Jardins de l'Empereur, una de las zonas más populares de la isla. Allí, la manifestación degeneró bajo gritos y eslóganes xenófobos: “Arabi fora (fuera los árabes)” o “está en nuestra casa”. Un centenar de personas irrumpieron entonces en una sala de oración musulmana, provocando numerosos destrozos y quemando copias del Corán. A pesar de que las autoridades prohibieron cualquier tipo de manifestación hasta el próximo 4 de enero para evitar nuevos altercados, las protestas se sucedieron a lo largo de todo el fin de semana.

Estos acontecimientos han reabierto el debate sobre el racismo y la xenofobia en Córcega. Tras la victoria de los nacionalistas en las elecciones territorialesFrancia parece redescubrir las heridas identitarias de la isla. “Tenemos un gran problema en este país y Córcega es un triste ejemplo: existe un odio muy fuerte, alimentado no solo por las mentes radicalizadas, sino también por la política, que amenaza nuestra unidad. Una política que reivindica un territorio exclusivamente cristiano y condena lo que sería una islamización de la sociedad francesa”, explicaba Laurent Marcangeli, diputada y alcaldesa de Ajaccio, la mañana del sábado 26 de diciembre.

Así, las autoridades corsas tratan de distanciarse de estos actos racistas e islamófobos que han colocado a la isla en primera página mediática. En una intervención radiofónica, el independentista Jean-Guy Talamoni, nuevo presidente de la Asamblea en Córcega, consideraba estos eventos como “sucesos incalificables en una tierra que ha instaurado la tolerancia religiosa desde el siglo XVIII”.

Sin embargo, no es la primera vez que Córcega se convierte en el escenario de este tipo de protestas. El pasado mes de abril, un lugar de culto musulmán fue destrozado en Propriano (al sur de la isla). El pasado octubre, en la comunidad de Bastia, cerca de 150 personas se congregaron bajo la llamada de Jean-François Baccarelli, líder del movimiento de extrema derecha en Córcega, para expresar su oposición a la llegada de inmigrantes a la isla.

Estos acontecimientos sacan a la luz los problemas identitarios que separan a la isla del continente, especialmente tras la victoria del independentista Talamoni, quien el 18 de diciembre pronunció su discurso de investidura en corso.