DIPLOMACIA INTERNACIONAL

La ONU envía las invitaciones para la negociación sobre Siria pero persisten las dudas

Soldados sirios celebran la toma de Sheij Miskeen, en la provincia de Daraa (sur de Siria) arrebatada a los rebeldes, el martes.

Soldados sirios celebran la toma de Sheij Miskeen, en la provincia de Daraa (sur de Siria) arrebatada a los rebeldes, el martes. / periodico

MONTSERRAT RADIGALES

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las negociaciones para hallar una solución política al conflicto de Siria, aplazadas hasta el viernes, siguen en el aire. El mediador de la ONU, Staffan de Mistura, ha enviado este martes las invitaciones, pero no ha revelado a quién ni cuantos grupos de la oposición participarían. Es precisamente el desacuerdo sobre quién debe participar y quién no lo que impidió que la ronda negociadora comenzara el lunes, como estaba inicialmente previsto.

Turquía ha amenazado este martes, a través de su ministro de Exteriores, Mevlut Cavusoglu, con boicotear las negociaciones si el Partido de Unión Democrática (PYD), la principal formación opositora kurda en Siria. “Si el PYD es invitado a las negociaciones de Ginebra, nosotros las boicotearemos”, ha afirmado Cavusoglu. Antes, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, había rechazado “categóricamente” la presencia del PYD.

Ankara considera que el PYD y sus milicias, denominadas Unidades de Protección del Pueblo (YPG), están directamente afiliadas al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) que desde 1984 protagoniza la insurgencia kurda en Turquía. Pero las YPG constituyen una de las puntas de lanza de la lucha contra el Estado Islámico en Siria y controla una parte del territorio del norte de Siria.

El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha afirmado que sin la participación de los kurdos es imposible alcanzar ningún acuerdo sobre Siria. El líder del PYD, Saleh Muslim, ha declarado este martes a la agencia Reuters que, de momento, no ha recibido ninguna invitación.

MÁS EXCLUSIONES

Pero la presencia o no del grupo kurdo no es el único punto conflictivo sobre la composición de la mesa negociadora y las disputas alcanzan no solo a los protagonistas sirios sino también a las potencias internacionales que los avalan. Rusia pretende excluir a figuras y grupos de la oposición a los que considera “terroristas”.

Los principales grupos sunís de oposición al régimen de Bashar el Asad, que cuentan con el apoyo de varios gobiernos árabes (incluido Arabia Saudí) y de Occidente, crearon hace un mes el Alto Comité Negociador (HNC, en sus siglas en inglés), presidido por Riad Hijab. El pasado jueves, el HNC anunció la composición de la delegación opositora a las conversaciones de Ginebra, formada por 17 personas y presidida por Asad al Zubi, un general que desertó del Ejército sirio. Como negociador jefe fue designado Mohamed Alush, responsable del Ejército del Islam. Pero este grupo es considerado “terrorista” por Rusia y Siria y, en consecuencia, pretenden vetarlo.

Algunos de los grupos integrados en el HNC ponen como condición para asistir a las negociaciones que el régimen de Asad y Rusia dejen de bombardear el territorio controlado por los rebeldes.

Rusia, por su parte, pretende expandir la delegación opositora e incluir no solo a los kurdos sino también a algunas figuras que, asegura, representan a la sociedad siria. Algunos de estas personas, como la activista Randa Kassis y otros, han señalado este martes que han recibido invitaciones para participar en las conversaciones de Ginebra a título individual.

LA OPOSICIÓN, MOLESTA CON EEUU

La oposición al régimen de Asad está también molesta porque considera que EEUU se ha plegado a las exigencias de Rusia e Irán y ha aceptado sus condiciones para la negociación. Zubi se refirió en una entrevista a un encuentro reciente entre el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, y Riad Hijab. Entre estas exigencias figuraría la posibilidad de que Asad pudiera participar en las elecciones tras un periodo de transición de 18 meses.

El futuro de Asad fue el principal punto de confrontación en las dos intentos anteriores de la diplomacia internacional (2012 y 2014) de resolver el conflicto a través de un acuerdo negociado, ambos fracasados. En los días previos a la conferencia internacional que se celebró en la ciudad suiza de Montreux en enero del 2014 –seguida de una ronda de negociaciones en Ginebra—la lista de participantes fue también objeto de agria disputa hasta el punto de que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se vio obligado a retirar la invitación a Irán cuando ya la había cursado. Eran otros tiempos.