LA CARRERA HACIA LA CASA BLANCA

Clinton y Trump llegan con ventaja al supermartes

La gran cita de las primarias podría despejar el camino hacia la nominación

Clinton habla en una iglesia baptista de Menfis (Tennessee), este domingo.

Clinton habla en una iglesia baptista de Menfis (Tennessee), este domingo. / periodico

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hay una docena de estados en juego, cientos de delegados y la posibilidad de despejar el camino hacia la nominación. El próximo martes se disputa la jornada más trascendental de las primarias en Estados Unidos, el llamado supermartes. Están en juego casi la mitad de los delegados necesarios para hacerse con el trono republicano y cerca de un tercio de los demócratas. Como bien saben el demócrata John Edward y el republicano John McCain, el resultado puede ser decisivo. El primero concedió la nominación a John Kerry un día después de fracasar en el supermartes del 2004 y el segundo hizo lo propio con George Bush en el 2000. Esta vez no se espera que sea definitivo en ninguno de los bandos, pero sin duda servirá aclarar la madeja.

Después de ganar tres de cuatro primarias cada uno, Donald Trump y Hillary Clinton parten con una enorme ventaja, especialmente el candidato conservador. El magnate neoyorkino lidera cómodamente las encuestas en 10 de los 11 estados, la mayoría sureños, que están en juego para los republicanos. Solo Tejas se le resiste en algunos sondeos. Allí va por delante Ted Cruz, que necesita ganar en su patria adoptiva, a la que representa como senador en Washington, para mantener la viabilidad de su candidatura. Tejas reparte más delegados que ningún otro territorio en disputa y, en los últimos días, Cruz ha recibido el respaldo del gobernador, Greg Abbott, y de su predecesor Rick Perry, el dos veces aspirante fallido a la presidencia.

Quien peor lo tiene para rascar una victoria es Marco Rubio, el candidato del aparato republicano, que todavía no ha ganado en ningún estado. Pese a todo, Rubio se siente fuerte y no piensa tirar la toalla, como demostró en el debate de la semana pasada al afilar sus ataques y su retórica contra Trump. Desde entonces la carrera republicana se ha convertido en una orgía de insultos y descalificaciones, como si dos familias mafiosas lucharan por las llaves de la Casa Blanca. “Haré lo que sea necesario”, dijo Rubio el sábado en un mitin en Atlanta. “Un estafador nunca se hará con el control de este partido”. El 'showman' sorprendió a todos esta semana al anunciar el ‘endorsement’ del gobernador de Nueva Jersey y rival hasta hace poco en la nominación, Chris Christie, al que le unen viejos lazos familiares y un rencor furibundo hacia Rubio. 

INSULTOS EN LAS FILAS REPUBLICANAS

Y los dos están contratacando sin clemencia. Le llaman “mentiroso”, se mofan del tamaño de sus orejas y le acusan de derretirse ante la presión. “Ya lo veo sudando, nunca he visto a nadie sudar tanto como él. Menos más que tiene unas orejas considerables, nunca he visto a nadie unas orejas como él”, dijo Trump el fin de semana.

Entre los demócratas el tono es mucho más civilizado, aunque Bernie Sanders se ha vuelto algo más agresivo e insistente a la hora de exponer los lazos de Hillary con los grandes bancos, especialmente Goldman Sachs, del que recibió cientos de miles de dólares por hablar ante sus ejecutivos. Sanders insiste en que haga público el contenido de sus discursos pero, de momento, no le está sirviendo de mucho. En las primarias de Carolina del Sur del sábado, la exsecretaria de Estado superó con creces las expectativas y le ganó por casi 50 puntos de ventaja. Casi nueve de cada 10 negros votaron por ella, devolviéndole la vitola de indiscutible favorita para hacerse con la nominación.

ESPERANZAS DE SANDERS

El martes hay 11 estados en juego para los demócratas, además de la Samoa americana. Sanders da por hecho que perderá en todos los del sur y ha concentrado sus esperanzas en Oklahoma, Minnesota, Massachussetts, Colorado y su estado adoptivo de Vermont, los más blancos y liberales de los que están en juego.

Incapaz de ganarse a las minorías, a pesar de que le fue bien con los hispanos en Nevada, su camino hacia la nominación se está cerrando. “Si no puedes ganarte a los votantes no blancos de este partido, no puedes ganar la nominación”, le dijo al diario 'USA Today' el estratega demócrata, Joe Trippo. “La cuestión no está en saber en qué estados puede ganar sino en saber si es capaz de cambiar esa dinámica y se están quedando sin tiempo”. Uno de sus grandes problemas está en el calendario porque los estados que más le favorecen se disputarán a partir de abril, cuando la carrera podría estar prácticamente sentenciada. En cualquier caso, el socialista no parece dispuesto a rendirse. “Esto no ha hecho más que comenzar”, dijo tras perder en Carolina del Sur.