CRISIS EN LA ULTRADERECHA FRANCESA

El clan Le Pen se rompe

El presidente de honor del Frente Nacional desata una crisis en el partido con nuevas declaraciones antisemitas Marine Le Pen bloquea la candidatura regional de su padre

Marine y Jean-Marine Le Pen, en un acto conjunto el pasado año.

Marine y Jean-Marine Le Pen, en un acto conjunto el pasado año.

EVA CANTÓN
PARÍS

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No era la primera vez que Jean-Marie Le Pen insiste en que las cámaras de gas del régimen nazi fueron sólo un «detalle» de la segunda guerra mundial. Sin embargo, la larga entrevista concedida a la revista antisemita Rivarol, en la que el presidente de honor del Frente Nacional (FN) recupera temas clásicos de la formación ultraderechista ahora en desuso (antisemitismo, xenofobia, elogio del régimen de Vichy…) ha colmado el vaso de la paciencia de su hija y actual presidenta del partido. Marine Le Pen se desmarcó ayer de las incendiarias declaraciones de su padre y anunció que no propondrá su nombre como candidato a las elecciones regionales que se celebrarán en Francia en diciembre del 2015.

«Jean-Marie Le Pen ha entrado en una verdadera espiral entre la estrategia de la tierra quemada y el suicidio político», señaló Marine Le Pen en un comunicado. «Teniendo en cuenta esta situación, he informado a Jean-Marie Le Pen de que me opondré, durante el comité político del próximo 17 de abril que decidirá los cabeza de lista para las elecciones regionales, a su candidatura en Provenza-Alpes-Costa Azul», agregó. Entre otras cosas, su padre decía en la entrevista que no consideraba al mariscal Pétain como un traidor, que habría que ponerse de acuerdo con Rusia para salvar «la Europa boreal y el mundo blanco» o que Francia empezaba a estar gobernada por inmigrantes.

«No tengo nada en contra de que Valls tenga los mismos derechos civiles que yo, pero eso no le autoriza a darme consejos (…). Valls es francés desde hace 30 años, yo soy francés desde hace mil», llegó a decir en referencia al origen español del primer ministro.

Marine Le Pen considera que su estatus de presidente de honor del partido no autoriza a su padre a «tomar al Frente Nacional como rehén de provocaciones tan burdas» y cree que su único objetivo es perjudicarla, aunque de paso daña a todo el partido, cuyo comité ejecutivo se reunirá de urgencia con Jean-Marie Le Pen para ver cómo «proteger» los intereses políticos del Frente Nacional. Su vicepresidente, Florian Philippot, certificó en su Twitter que la «ruptura politíca con Jean- Marie Le Pen era total y definitiva» y que se tomarán decisiones rápidamente. No aclaró, sin embargo, si entre ellas estaría  la de destituir a Le Pen de su puesto como presidente de honor. Una opción que defendió el diputado del FN Gilbert Collard porque ello daría al partido la oportunidad de «afirmar su compromiso con los valores republicanos».

LA UMP ataca

Las reacciones fueron también abundantes en la conservadora UMP, donde algunos vieron en las palabras de Le Pen el ADN del Frente Nacional. «El partido está compuesto mayoritariamente por esta rama dura», dijo la diputada Nadine Morano. Para el secretario general de los socialistas, Jean Christophe Cambadélis, Le Pen «dice en voz alta lo que piensan muchos militantes y dirigentes del FN». 

Poner fin a la «demonización» del FN, civilizando su discurso y alejándolo del primigenio antisemitismo y xenofobia, ha sido uno de los objetivos de Marine Le Pen desde que en el 2011 llegó a la presidencia del partido. Desde entonces ha logrado un significativo avance electoral: el 25% de los votos en las elecciones europeas del 2014 y el 22% en las departamentales de marzo.