China libera al Nobel de la paz Liu Xiaobo por razones médicas

El disidente chino y defensor de los derechos humanos ha sido diagnosticado de un cáncer terminal de hígado

Liu Xiaobo.

Liu Xiaobo.

ADRIÁN FONCILLAS / PEKÍN

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Aquella silla vacía en la ceremonia de la entrega del Nobel de la Paz del 2010 aún simboliza la ignominia. El <strong>disidente y activista prodemocrático Liu Xiaobo</strong> estaba en una cárcel china, a miles de kilómetros de Oslo. Ahí continuó hasta que fue liberado semanas atrás por un cáncer terminal.

Su abogado, Mo Shaoping, ha confirmado al diario hongkonés 'South China Morning Post' que Liu disfruta de libertad condicional y ha sido transferido de la cárcel a un hospital de Shenyang (provincia norteña de Liaoning). El disidente político, de 61 años, tiene un cáncer de hígado en sus fases más avanzadas que fue diagnosticado el 23 de mayo. Otro abogado ha aclarado que su estado es “muy grave”.

Las revelaciones de sus abogados, recabadas de familiares, son las primeras que trascienden del preso en años. Tanto Liu como su esposa, la poetisa Liu Xia, han pagado el precio de su lucha democrática. Ella ha pasado este tiempo detenida en su domicilio pequinés, con su contacto con el exterior restringido y sufriendo depresión y problemas de corazón, a pesar de que China nunca llegó a presentar cargos contra ella ni a sentarla en el banquillo.

REVUELTA DE TIANANMEN

Liu, nacido en Changchun (provincia de Jilin), es escritor, profesor de literatura y fue una piedra en el zapato chino durante dos décadas. En 1989 abandonó sus estudios en la Universidad de Columbia de Nueva York y se dirigió a la plaza de Tiananmen para liderar la revuelta estudiantil y obrera que pedía reformas políticas más veloces. De esos días se recuerdan tanto sus discursos inflamados como sus esfuerzos para pactar una salida pacífica antes de la entrada de los tanques. Varios compañeros han opinado que esa mediación rebajó la factura sangrienta en la mañana del 4 de junio.

Aquellos convulsos días y el final trágico mutaron sus ardorosos embates juveniles en un discurso más sosegado y posibilista que se resume en uno de sus escritos: “La reforma política china debe ser pacífica, gradual y controlada, desde arriba hacia abajo y viceversa. Así es menos costosa y los resultados son mayores. Las órdenes de un mal Gobierno son preferibles al caos y la anarquía. Me opongo a los sistemas de Gobierno dictatoriales. Con eso no incito a la subversión. Es, simplemente, oposición”.

CAMPO DE TRABAJO

Liu pagó con 21 meses de prisión su papel en Tiananmen. Fue su primer paso por la cárcel. En 1996 fue condenado a tres años en un campo de trabajo por exigir la liberación del resto de participantes en aquellas protestas. El activista fue uno de los creadores de la Carta 08, un manifiesto inspirado en la famosa Carta 77 que 30 años atrás firmara la oposición democrática en Checoslovaquia y ayudara a la caída del régimen comunista. La versión china exigía un marco más amplio de libertades públicas y derechos humanos, pedía al Gobierno que renunciara al poder y defendía elecciones multipartidistas. La carta circuló por internet y consiguió miles de adhesiones a pesar de su carácter clandestino. Liu fue detenido pocos días después de su publicación.

El antiguo profesor fue condenado a 11 años de cárcel en una sentencia inusualmente dura incluso para los estándares chinos. A Liu se le responsabilizó no solo de la Carta 08, sino de otros seis artículos que circulaban en la red. El veredicto le calificó de “gran criminal” con “efectos malignos” y aclaró que sus escritos buscaban “subvertir la democracia popular y el sistema socialista”.

Muchos gobiernos y organizaciones de derechos humanos han exigido su liberación desde entonces. Su salida de la cárcel, en el ecuador de la condena, obedece más al cáncer que a las presiones internacionales.