MOVIMIENTO ELECTORAL EN ITALIA

Berlusconi sitúa a un general como recambio en las próximas elecciones

El exprimer ministro italiano, que ha recurrido a Estrasburgo su inhabilitación hasta el 2019, propone como candidato alternativo del centroderecha a Leonardo Gallitelli, excomandante general de los carabineros

Berlusconi saluda a su llegada para participar en el programa de la RAI 'Che Tempo che Fa', en Milán, el 26 de noviembre.

Berlusconi saluda a su llegada para participar en el programa de la RAI 'Che Tempo che Fa', en Milán, el 26 de noviembre. / periodico

Rossend Domènech

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En vista de que tal vez no pueda ser candidato a las próximas elecciones de marzo, por causa de una condena definitiva por estafa fiscal, en el año de gracia 2017 Silvio Berlusconi se ha sacado de la manga a un general para presidir el Gobierno de Italia.

Más allá de la figura integérrima de Leonardo Gallitelli, de 69 años, excomandante general de los carabineros y con un solo día de vacaciones en su carrera, los posibles aliados de Berlusconi en el frente conservador se han caído de las nubes. “Nunca hemos hablado de ello”, ha reaccionado Matteo Salvini, líder de la Liga Norte, añadiendo sarcásticamente que  “no estamos formando un equipo de fútbol en el bar”. Giorgia Meloni, de los Hermanos de Italia (FdI) y otra posible aliada,  guarda un silencio embarazoso.

Los primeros análisis de los comentaristas frente a la extravagante candidatura es que “Berlusconi ha conseguido lo que quería, situarse en el centro del interés y desbaratar los juegos políticos de sus futuros y posibles aliados”, aunque no pueda presentarse.  Por si acaso, el expresidente del Gobierno ha enviado por delante a su fiel exministro Renato Brunetta para ilustrar que “no se trata de una investidura oficial”. Todavía. Como sea, el titular campea en las primeras páginas de los periódicos y en los anuncios de los telediarios.

En su larga carrera política, comenzada en 1994, Berlusconi no ha hecho nada que no tuviera un sentido y ya es proverbial su capacidad de tomar el pulso exacto del vientre profundo del electorado. En la campaña electoral que comenzará el próximo febrero, el orden público, las infiltraciones mafiosas, el bulo de que los cientos de miles de inmigrantes llegados vía Libia han deteriorado el bienestar social, serán temas de primer plano. Y el Arma de los carabineros (“fieles en los siglos”, reza su eslogan) sigue siendo la institución más cotizada en la lista de consensos nacionales.

El general, un general al mando del Ejecutivo, constituiría una llamada al orden y a la legalidad, por más que Sergio Rizzo, ratón de expedientes judiciales para el 'Corriere della Sera', haya enumerado en una crónica sobre la propuesta de Berlusconi a dos docenas de líderes conservadores condenados, algunos en vía definitiva, que siguen permaneciendo en sus cargos. Obviando al mismo Berlusconi, condenado a cuatro años, tres condonados, uno en los servicios sociales y alejado de la vida pública hasta el 2019, a no ser que el tribunal para los derechos humanos de Estrasburgo reconozca alguna excepción en su caso. “En cualquier caso, haré campaña electoral”, dijo frente a un posible retraso de la sentencia, que ya está tomada aunque se conocerá solo pasadas las elecciones.

"Trinchera laboral"

Según Berlusconi, que no ha cerrado aún la posible alianza de tres partidos reacios a mantenerle como líder y candidato, “el próximo Gobierno guiado por el centroderecha tendrá 20 ministros, 12 de los cuales procederán de la trinchera laboral, y solo ocho serán políticos”.  Las "trincheras" evocan guerras y estas, a militares.

Transcurridas las Navidades, los sondeos dirán cuál es la situación política, que actualmente atribuyen a Forza Italia el 17% del electorado y el 35%-37% al conjunto de la coalición conservadora. Es decir, más o menos, cuánto atribuyen también a los indignados del Movimiento 5 Estrellas (M5S) y a los progresistas del Partido Demócrata (PD). Un empate por todos los lados, al que un general podría constituir la baza popular o populista a jugar.