Al menos 3 muertos y 173 heridos en el atentado del maraton de Boston

IDOYA NOAIN / RICARDO MIR DE FRANCIA / Boston / Washington

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La explosión de dos artefactos en el maratón de Boston ha dejado, de momento, tres muertos, incluido un niño de ocho años. Los heridos se elevan al menos a 173, varios con mutilaciones serias que forzaron amputaciones. Y aunque las autoridades locales, el FBI y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se resisten a hablar de momento de terrorismo, terror es lo que sembraron las dos bombas que estallaron el lunes alrededor de las 14.50 horas (las 20.50 en España) cerca de la meta del maratón de la capital de Massachusetts. De momento no hay ningún detenido.

Las autoridades locales han acordonado y sellado incluso para la gente que reside ahí varias manzanas alrededor de Copley Square, la plaza cercana a la cual estaba situada la meta, que ya habían cruzado tres cuartas partes de los 23.000 corredores cuando se produjeron las explosiones. Varias estaciones de metro están cerradas y se han anunciado para este martes inspecciones aleatorias de mochilas y bolsas. Aunque el aeropuerto funciona, se ha cerrado el espacio aéreo sobre la ciudad. Y se ha anunciado un fuerte despliegue policial y de Guardia Nacional, que ya era visible anoche en todo el centro, donde se ha recomendado a la gente no reunirse en grandes grupos.

Investigación abierta

"Todavía no sabemos quién hizo esto o porqué, y la gente no debe llegar a conclusiones antes de que tengamos todos los datos", ha reflexionado públicamente Obama esta madrugada en una breve intervención ante los estadounidenses. "Pero que nadie se equivoque: llegaremos al fondo de esto. Cualquier individuo o grupo responsable sentirá todo el peso de la justicia".

Richard DesLauriers, el jefe en Boston de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), aclaró también que de momento "es una investigación criminal que es una potencial investigación terrorista". Se ha interrogado a muchas personas, incluyendo una que fue considerado "persona de interés" y que diversos medios estadounidenses identificaron como un saudí cuyo comportamiento había resultado sospechoso antes de las exposiones, pero tanto DesLauriers como el gobernador de Massachussets, Deval Patrick, desmintieron que se tratara de un "sospechoso".

Capacidad destructiva limitada

Los explosivos usados en los ataques del lunes eran bastante parecidos en tamaño a los que se usaron en 1996 en los Juegos Olímpicos de Atlanta, un atentado que dejó dos muertos y más de 100 heridos. La policía había inspeccionado por protocolo la zona de la meta del maratón en las 24 horas anteriores y ese dato, junto con el cierre al tráfico, podría explicar que se usaran artefactos de capacidad destructiva limitada.

El maratón y el atentado se produjeron el día de los Patriotas, una significativa fecha en la historia de Nueva Inglaterra y de EEUU que marca un episodio de la guerra entre los colonos y la corona británica. También en el día límite para pagar los impuestos. Y ha llegado en un mes que en las últimas décadas ha estado marcado por incidentes y atentados que reflejan la tensión de grupos o individuos extremistas con el Gobierno federal. El 19 de abril de 1993 acabó con un incendio y 80 muertos el enfrentamiento de las autoridades federales con los davidianos encerrados en un rancho de Waco (Texas) y dos años después Timothy McVeigh cometió, en parte como respuesta a lo sucedido en Waco, el atentado contra un edificio federal en Oklahoma, con 168 muertos y casi 700 heridos el peor atentado en suelo estadounidense hasta que en 2001 llegó el 11-S.