LA CARRERA A LA CASA BLANCA

El ascenso de Ted Cruz inquieta a Donald Trump

Los presidenciables republicanos afrontan su penúltimo debate antes de el inicio de las primarias

Ted Cruz, el pasado 4 de diciembre, en un acto en Iowa.

Ted Cruz, el pasado 4 de diciembre, en un acto en Iowa. / BF/BMA/KR/..../smc

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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La jerarquía del Partido Republicano lleva meses maniobrando para precipitar la caída de los trols que amenazan con arruinar sus opciones de recuperar la Casa Blanca en 2016, pero hasta ahora el fracaso es estrepitoso. Las últimas encuestas vuelven a mostrar a Donald Trump por las nubes como un globo extasiado de helio que se resiste a pinchar, con un 41% de apoyos. Pero también confirman la trayectoria ascendente del senador Ted Cruz, uno de los cabecillas de la revuelta ultraconservadora que ha hecho del Congreso un foro ingobernable durante los últimos años. Trump y Cruz centran la atención del quinto debate republicano que celebra en Las Vegas (Nevada), el primero desde que el terrorismo pasó a ocupar el centro de la campaña y el penúltimo hasta que empiecen las primarias.

A estas alturas, cada minuto en televisión importa, especialmente para los aspirantes que agonizan en el furgón de cola, siempre ofuscados por la trituradora del magnate inmobiliario, que sigue monopolizando los titulares y marcando el rumbo de la campaña. Su última propuesta tampoco ha dejado indiferente a nadie: ha pedido la pena de muerte como castigo por defecto para cualquiera que mate a un policía. En pleno debate nacional sobre la brutalidad de las fuerzas del orden, propulsado en gran medida por el movimiento Black Lives Matter, Trump ofrece otra solución fulminante para esa América inquieta ante la protesta de los negros, una protesta que parte del país interpreta como un ataque a la convivencia. Se parece a su remedio contra el terrorismo. Ante la amenaza islamismo radical, fronteras cerradas para todos los musulmanes.

"Los republicanos más leales al partido están tratando de determinar si pueden cerrar filas en torno a un candidato para frenar a Trump y Cruz”, ha dicho a Politico, Dogh Gross, un influyente abogado de Iowa que en el 2012 trabajó para la campaña de Mitt Romney recaudando dinero.  El tiempo se está agotando. En solo seis semanas comienza a votarse en Iowa, el primero de los 50 estados que decidirán el nombre del próximo candidato republicano a la Casa Blanca, un proceso de primarias y caucus (asambleas electivas) que se prolongará hasta el mes de junio.  

Desde el último debate en Milwaukee, celebrado días antes de los atentados yahadistas en París y California, algunas cosas han cambiado. El neurocirujano Ben Carson ha perdido 12 puntos en las encuestas, presumiblemente por su bisoñez en política exterior. Cruz se ha comido buena parte de su apoyo para escalar seis puntos y situarse segundo en intención de voto nacional, según la media de las sondeos que realiza Real Clear Politics. Marco Rubio, la nueva esperanza blanca de los sectores que mandan en el partido, apenas ha sabido capitalizar sus buenas actuaciones en los dos últimos debates y, aunque aparece tercero con un 13% de respaldo, está muy lejos del 31% de Trump. El siguiente es Jeb Bush, con un 4%, incapaz de remontar pese a ser el candidato que más dinero ha recaudado.

Otra cosa que ha cambiado en este último es la ansiedad de la ciudadanía ante el terrorismo. Uno de cada seis estadounidenses lo define como el asunto que más le preocupa. Teniendo en cuenta que todos ofrecen mano dura salvo Rand Paul, es difícil saber a quién beneficia más la coyuntura, aunque Trump ha sido más explícito que nadie al ofrecerse a arrasar literalmente todos los territorios que controla el Estado Islámico.

Durante meses, la estrella de los 'realities' salvó a Cruz de sus insultos. Tanto que se especulado con que podría contar con él como vicepresidente si acaba conquistando la nominación. Pero ese pacto de no agresión se tambalea desde que Cruz cuestionara la semana pasada su juicio y su experiencia durante un acto con donantes. Desde entonces, Trump lo ha descrito como “maniaco” y lo ha vinculado a los intereses del petróleo. Pero el senador por Tejas, de origen cubano, no es presa fácil. Abogado constitucionalista y campeón de debates en Princeton, no solo está aglutinando el apoyo de la derecha evangélica sino que, después de Bush, es el candidato que más ha recaudado. En Iowa se ha puesto primero en las encuestas y Trump está nervioso.

Será interesante ver si considera que ha llegado el momento de acribillar a improperios a su colega tejano. Cruz no quiere guerra: “La única esperanza del 'establishment': Trump y yo en una jaula de pelea. Siento decepcionar. El verdadero Donald Trump es estupendo”, ha escrito en un tuit.