TERRORISMO EN FRANCIA

El agresor de París estaba fichado por los servicios antiterroristas desde el 2016

atentado en París

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Eva Cantón

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El agresor que este sábado acabó con la vida de un joven e hirió a otras cuatro personas con un cuchillo sembrando el pánico en el barrio de la Opera de París es un joven de origen checheno de 20 años que apareció por primera vez en el radar de los servicios antiterroristas franceses en el 2016.

Diversos medios lo han identificado como Khamzat Azimov. Llegó a Francia con sus padres a principios del 2000 cuando Chechenia estaba inmersa en la segunda de las dos guerras que ha vivido la república caucásica de mayoría musulmana perteneciente a la Federación rusa.

Azimov creció en Niza y en el barrio popular de Elsau de Estrasburgo, donde reside una importante comunidad chechena. En 2004, su familia logró el estatus de refugiado y seis años más tarde la madre obtuvo la nacionalidad francesa, igual que su hijo, que entonces tenía 13 años, según ha informado el portavoz del Ejecutivo, Benjamin Grivaux.

Tres detenidos

La policía mantiene bajo custodia a sus padres para ser interrogados sobre posibles vínculos con el yihadismo y ha registrado el domicilio familiar de la calle Pajol, en el distrito 18 de París. También ha sido detenido en Estrasburgo un amigo del atacante, un joven checheno nacido en 1997.

Azimov hirió mortalmente a un joven de 29 años poco antes de las 21 horas en la calle Monsigny, en el distrito 2 de la capital parisina, un barrio muy concurrido lleno de restaurantes y teatros a escasos metros de la Opera de París. Otras cuatro personas resultaron heridas, dos de ellas de gravedad, aunque su vida no corre peligro, según ha informado el ministro del Interior, Gérard Collomb.

Poco después una patrulla de policía interceptó al asaltante e intentó neutralizarle con una pistola eléctrica pero el agresor se encaró a los agentes que finalmente lo abatieron de dos disparos. En la zona se vivieron escenas de pánico con gente corriendo para refugiarse en los restaurantes.

La Fiscalía antiterrorista de París se ha hecho cargo de la investigación basándose tanto en el ‘modus operandi’ como en el relato de varios testigos que oyeron al asaltante gritar Alla Akbar (Alá es grande). Poco después del atentado, el autoproclamado Estado Islámico ha reivindicado su autoría.

Aunque no tenía antecedentes penales, Azimov figuraba en el fichero ‘S’ del que forman parte más de 10.000 personas consideradas una amenaza potencial para la seguridad del Estado. En ese fichero se inscriben no solo quienes tienen vínculos con el islamismo radical o redes terroristas, sino hooligans y miembros de grupos de extrema izquierda o de extrema derecha.

Su nombre aparece también en el fichero de prevención de la radicalización islamista, pero más por el tipo de relaciones que mantenía con individuos que habían viajado a Siria o proyectaban hacerlo que por su propio comportamiento. En este contexto, fue interrogado hace un año sin que se convirtiera por ello en objetivo prioritario de las fuerzas de seguridad.

Polémica

Como ocurre cada vez que un individuo fichado comete un atentado, el Frente Nacional y Los Republicanos han reavivado la polémica cuestionando la eficacia de los servicios antiterroristas y exigiendo al Gobierno un endurecimiento de sus políticas.

“Francia paga una vez más el precio de la sangre, pero no cede un ápice a los enemigos de la libertad”, ha dicho por su parte el presidente francés, Emmanuel Macron, en Twitter.