Escándalo en Alemania

Una gestión nefasta

La falta de transparencia y las contradicciones han guiado la actuación política y policial desde que estalló el escándalo

CARLES PLANAS BOU

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Más allá de ser un escándalo nacional, los masivos ataques y abusos sexuales que se perpetraron durante la Nochevieja en Colonia están evidenciando la falta de sintonía y comunicación entre la policía y los gobernantes, a la vez que han puesto al descubierto una nefasta gestión del asunto que amenaza con estallarle en la cara al Gobierno. Una semana después, el caso sigue rodeado de confusión y misterio y cada día aumentan las críticas entre las autoridades del país.

El primer informe policial del año aseguraba que las celebraciones en Colonia “discurrieron de forma pacífica”. Pero luego se supo de la existencia de un informe policial "confidencial" de esa misma noche en el que los agentes aseguran ser conscientes del carácter violento de "inmigrantes" contra mujeres. Tres días ya eran 90 las mujeres que habían presentado denuncias por haber sufrido hurtos y abusos sexuales durante esa noche. Pero aún así, no había trascendido nada. Ahora los casos ya ascienden hasta 121 en las que se incluyen hasta dos violaciones. Hay también 53 denuncias en Hamburgo y 11 más en Düsseldorf. El silencio ante los hechos durante varios días indignó a la ciudadanía alemana.

Desde Berlín, el ministro del Interior, Thomas de Maizière se unió en lamentar la falta de acción de los cuerpos policiales de Colonia. El político conservador, en la línea de lo que se informó en los medios de comunicación, criticó que no se hubiera detenido a nadie y que no hubiera indicios sobre los posibles autores del crimen. Sus palabras aumentaron aún más el estupor ciudadano y pusieron el foco en los agentes de seguridad. La cancillera Angela Merkel calificó los ataques de “repugnantes e intolerables” y pidió una contundente reacción de la justicia “más allá del origen” de los atacantes.

CONTRADICCIONES EN LA POLICÍA

Este viernes, siete días después de los acontecimientos, la policía de Colonia ha lamentado y desmentido las críticas de De Maizière. “Muchos compañeros se sienten injustamente atacados y puestos en la picota por las palabras del ministro”, remarcó Arnold Plickert, director del sindicato de policías del Estado de Renania del Norte-Westfalia.

Contradiciendo las primeras informaciones y las acusaciones del ministro, la policía ha remarcado que sí hubo detenidos y se sigue la pista a diversos sospechosos. “Tenemos más de 80 casos en los que hemos registrado datos personales, practicado detenciones e incluso hemos llegado tener a posibles implicados bajo custodia”, han añadido. Aún así, de momento se ha informado de la detención de dos sospechosos y de la investigación de 21 personas más.

Los documentos internos filtrados, que remarcan el origen sirio de la mayoría de los retenidos y la gran cantidad de abusos sexuales, contradicen las primeras informaciones que hizo públicas el jefe de la policía de Colonia Wolfgang Albers, que ahora se niega a dimitir. El silencio inicial de la policía también ha abierto un debate sobre si se debe a una estrategia para evitar el crecimiento de los movimientos xenófobos. En las últimas semanas se han difundido rumores y mensajes falsos sobre agresiones protagonizadas por refugiados.

CONFUSIÓN DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

La confusión también llegó a los medios de comunicación del país, que sirvieron de altavoz a la inicial falta de información. Plickert ha defendido que los agentes informaron a los periodistas sobre lo que sucedió en Colonia y lamentó que “algunos oficiales” dieran voz a “informaciones erróneas”. El canal público ZDF tuvo que disculparse públicamente después de tardar hasta cinco días en informar del escándalo.

 Desde algunos medios como el Süddeutsche Zeitung se apuntó directamente a los refugiados y al mundo árabe antes de que hubiera pruebas que vincularan a los solicitantes de asilo con los ataques mientras que otros intentaron ser más prudentes y dejar su origen como una incógnita.