ACNUR alerta de que la ruta de Libia a Italia es una trampa mortal para los inmigrantes
La agencia de la ONU constata que, tras el cierre de la ruta de los Balcanes y el pacto con Turquía, el flujo se reconduce a la costa libia
Montse Martínez
Periodista internacional
Periodista
MONTSE MARTÍNEZ / BARCELONA
No se puede poner puertas al inabarcable campo de la migración. Es una de las principales conclusiones a las que llega el informe de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)referente al 2016. Cuando se cierra una ruta, los afectados, lejos de abandonar su intento, buscan invariablementes alternativas, generalmente, mucho más peligrosas.
Es lo que ha ocurrido, según ACNUR, tras el cierre de la ruta occidental de los Balcanes Balcanesy el acuerdo entre la UE y acuerdo UETurquía firmado en marzo del 2016: el número de llegadas a Grecia por la ruta este del Mediterráneo disminuyó notablemente pero la ruta central, que va desde el norte de África a Italia, es, hoy por hoy, el punto principal de entrada a Europa. La agencia de la ONU constata que esta ruta es "particularmente peligrosa".
Durante el 2016, se ha registado el mayor número de muertes en el Mediterráneo: 5.022 personas. Una cifra oficial que, sin ningún género de dudas, es mucho más abultada por los múltiples casos que quedan por contabilizar y, por lo tanto, fuera de las estadísticas. El 90% de los fallecimientos se ha producido en el trayecto entre la costa libia y la italiana. Muere una de cada 40 personas que intentan cruzar. Las nacionalidades de los migrantes, según ACNUR, no varía en función de la ruta escogida, lo que demuestra que si una ruta se sella, no cejan hasta alcanzar la que está abierta.
ENORMES RIESGOS POR EL CAMINO
"El informe muestra claramente que la falta de vías seguras de acceso lleva a refugiados e inmigrantes a correr enormes riesgos en su intento de llegar a Europa, incluyendo a aquellos que tratan de reunirse con sus familiares", asegura Vincent Cochetel, director de la oficina de ACNUR para Europa. La agencia de la ONU para los refugiados ha recibido informes "muy preocupantes" sobre refugiados e inmigrantes que han sido secuestrados y retenidos contra su voluntad durante varios días, víctimas de abusos físicos y sexuales, torturados o extorsionados por tráfico y bandas criminales en muchos puntos a lo largo de principales rutas.
En el 2016 llegaron a Italia 181.436 personas por mar, de las cuales el 90% venían en barco desde Libia. Entre ellos había muchas personas con necesidades de protección internacional y otras, víctimas del tráfico. Las dos principales nacionalidades de migrantes llegados a Europa eran nigerianos (21%) y eritreos (11%).
También queda constancia del aumento de menores no acompañados y separados que hacen este viaje: más de 25.000 en 2016, representando el 14% de las llegadas, más del doble que el año anterior.
Según el estudio de ACNUR, decenas de miles de personas han sido víctimas de devoluciones automáticas por parte de las autoridades europeas, en países como Bulgaria, Croacia, Grecia, Hungría, Serbia, España y la Antigua República Yugoslava de Macedonia. En muchos casos, los afectados reportan violencia y abusos, en un aparente intento de disuadir nuevos intentos de entrada.
3,2 MILLONES DE DESPLAZAMIENTOS FORZOSOS
Los conflictos, la persecución y la violencia desplazaron forzosamente a cerca de 3,2 millones de personas durante el primer semestre de 2016 y los países de ingresos medios y bajos fueron quienes jugaron un papel más fundamental al brindarles refugio.
Más de la mitad de los nuevos refugiados en la primera mitad de 2016 huían del conflicto en Siria. La mayoría de ellos llegó a países de la región: Turquía, Jordania, Líbano y Egipto. Otros grupos de refugiados importantes en número huyeron de Irak, Burundi, República Centroafricana (RCA), República Democrática del Congo (RDC), Eritrea, Somalia, Sudán y Sudán del Sur.
De entre todos los países, Turquía acogió a la mayor cantidad de refugiados, albergando a 2,8 millones a mediados de 2016. Le siguen Pakistán (1,6 millones), Líbano (1 millón), Irán (978.000), Etiopía (742.700), Jordania (691.800), Kenia (523.500), Uganda (512.600), Alemania (478.600) y Chad (386.100).
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