relevo generacional en el sector audiovisual

Nuevos talentos del cine

Los cuatro directores noveles que aspiran al Goya borran tópicos y reclaman un sistema de producción menos precario

Neus Ballús, delante de Rodrigo Sorogoyen (izquierda), Jorge Dorado (centro) y Fernando Franco.

Neus Ballús, delante de Rodrigo Sorogoyen (izquierda), Jorge Dorado (centro) y Fernando Franco.

OLGA PEREDA / Madrid

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Cuando Neus Ballús era una estudiante de cine, uno de sus profesores espetó un día en clase: «De todos los que estáis aquí, ninguno va a dirigir una película». No estuvo nada fino el docente. A sus 33 años, Ballús aspira al Goya a la mejor dirección novel por La plaga. La directora se enfrentará con Fernando Franco (La herida), Rodrigo Sorogoyen (Stockholm) y Jorge Dorado (Mindscape). Dos semanas antes de la gala, los cuatro representantes del nuevo cine español se reúnen con EL PERIÓDICO en la Academia para hablar del presente y el futuro de una profesión que les apasiona, pero con la que no tienen claro poder pagar el alquiler y las facturas.

-Fernando Franco: ¿Somos el nuevo cine español? Pero ¿no éramos el otro cine español? Es la coletilla con la que nos llaman ahora en la prensa. Entiendo que sea cómodo para los periodistas, pero no me gusta ninguna de las dos definiciones. Una de las críticas que leí sobre La herida se titulaba Ni tan nuevo ni tan otro. Y yo pensé: 'Vaya, no me he planteado ni ser nuevo ni ser otro. Me he planteado hacer una película y ya está'.

-No son ustedes nuevos. Ni otros. Entonces, ¿qué son? ¿El relevo generacional del cine?

-Neus Ballús: Me parece que no se puede pensar en cambio generacional. El tema industrial ha cambiado mucho. Sí que puede ser que seamos los primeros que estamos trabajando de otra forma, con muchos menos medios y un poco más al margen de la industria. Con lo cual, no es una sustitución inmediata. Será difícil que nos movamos en los términos en los que los directores se movían antes.

-¿Pueden pagar el alquiler y las facturas con su trabajo?

-Fernando Franco: Yo sí, pero con lo que gano montando películas. Yo quería ser director de cine, pero sabía que dirigiendo los proyectos que a mí me interesan no podría vivir de eso, así que me busqué otra cosa dentro del cine que también me gustaba y que permitiría pagar facturas. Por eso, entré en montaje. Todavía no he visto un euro por La herida. Todo el equipo, desde los actores hasta los técnicos, cobró. Pero yo capitalicé mi sueldo. Como el filme se ha vendido a varias televisiones, rascaremos algo. Pero son pagos a dos años. Vamos, que en el 2016 a lo mejor he cobrado algo.

-Rodrigo Sorogoyen: Mi objetivo al hacer Stockholm, donde todo el mundo capitalizó su sueldo, no era ganar dinero. Pero, ojo, mi objetivo al hacer cine sí lo es. Yo me quiero dedicar a esto. Y para eso tienes que cobrar. Si me preguntan si yo puedo vivir del cine, tengo que decir que sí y que no. He trabajado en televisión y antes de Stockholm codirigí 8 citas, que era una película de industria. ¿Haría otra vez una cinta como Stockholm? Yo sí, pero no defiendo ese sistema para nada. No llamaría a la misma gente para hacerla, se me caería la cara de vergüenza.

-Neus Ballús: Asumimos muchos papeles. Somos directores, ayudantes de montaje, productores y distribuidores. En el caso de La plaga, sí que tres personas hemos podido vivir durante dos años haciendo la película. Con sueldos muy bajos, claro, pero por lo menos nos hemos podido dedicar exclusivamente a esto. Lo que es cierto es que no es un sistema que pueda funcionar muchas veces.

-¿Un director joven siempre necesita alguien que crea en él?

-Jorge Dorado: Más que crea en ti, que sea capaz de convencer a determinada gente que ponga dinero para tu proyecto. Yo he hecho mucha publicidad, cortos y he sido ayudante de dirección. Pero para todos los efectos soy un novel. Nunca he dirigido una película. Si yo no hubiera encontrado a Jaume Collet-Serra no podría haber realizado Mindscape.

SEnDMindscape es una cinta española, rodada en Barcelona en inglés y con actores extranjeros. Ejemplo de cine con vocación internacional.

-Jorge Dorado: No tiene sentido hacer un filme solo para España. Antes había fronteras. Ahora haces un Skype con China y con medio mundo.

-Fernando Franco: Yo tampoco hago una película pensando si la hago para acá o para allá. Como tampoco me planteo si estoy dentro o no de la industria. Tengo un proyecto y busco la mejor manera de hacerlo. Mi próximo trabajo a lo mejor es más pequeño que La herida. Y el siguiente, más grande. ¿Quién sabe? Cuando estaba haciendo La herida, no sabía ni que la llegaría a estrenar. Pero sí tenía claro que si eso ocurría, era un filme propio de festivales y viajaría por el mundo.

-Rodrigo Sorogoyen: Stockholm ha viajado un poquito. Quiero que lo haga más, pero somos muy pequeños. Para estar presente en festivales internacionales tienes que estar todo el puto día en internet haciendo las inscripciones y no dedicarte a otra cosa.

-Neus Ballús: Yo creo que, como directores, debemos tener un pie en la realidad que nos rodea. Me da seguridad contar historias de forma personal. Pero ese punto de vista puede ser interesante a nivel universal. Una cosa no quita la otra.

-¿Cuáles son las principales armas de los cineastas noveles?

-Jorge Dorado: La constancia. Y no tener miedo. Yo no conseguía financiar en España mi proyecto, así que me fui a Los Ángeles. Conseguí un mánager y participé en reuniones en los grandes estudios. Mis cortos gustaban. Mi proyecto no salió adelante, pero me ofrecieron Mindscape, que la hemos rodado en Barcelona y, básicamente, con producción española, hay muy poca americana.

-Rodrigo Sorogoyen: Llámalo como quieras, pero el motor que nos mueve es la constancia, sí. Desde que se me ocurrió la idea de Stockholm han pasando siete años. Si eso no es ser constante...

-Neus Ballús: Es una obsesión. Desde que te levantas y te duchas hasta que te acuestas.

-Fernado Franco: Y una pasión. En este oficio, si haces algo sin pasión, te saldrá mediocre.