Tres reflexiones del creador

Óscar de la Renta visitó Barcelona para presidir el jurado del premio Botón Mango del 2009, y lo primero que hizo fue preguntar por Manuel Pertegaz. «Tenemos amistad desde hace años y cada vez que le veo le recuerdo que cuando yo era joven fui a pedirle trabajo y consideró que no era suficientemente bueno...», sonrió. Como era habitual en él, el diseñador de origen dominicano hizo alarde de la cercanía y exquisita educación que le permitió codearse durante cinco décadas con medio Hollywood. Durante aquella charla en un salón del Majestic dibujó tres interesantes reflexiones sobre su trabajo.

Una: el prêt-à-porter era el futuro cuando la gente prestaba más atención a la alta costura: «Trabajé en París a finales de los 50 haciendo diseños prêt-à-porter derivados de la alta costura. Más tarde fui a Nueva York con la idea de que era el futuro de la moda». Ya es el presente.

Dos: el prêt-à-porter tiene más valor del que se le supone. «Es más fácil diseñar un vestido caro que uno barato. En la alta costura dispones de telas extraordinarias, manos increíbles... Es más difícil hacer algo impactante con menos recursos y elementos con que trabajar».

Y tres: explicaba, sin asomo de lamento, que hoy en día las mujeres ya no son fieles a una sola marca: «A una mujer actual, a la profesional que puede comprar esta ropa, a la que tiene dinero, le importa la proyección de su individualidad, así que lleva la falda de un diseñador y la chaqueta de otro. La moda de hoy en día es global».

Él lo entendió. Por eso su marca es hoy global.