LOS 53 AÑOS DE UNA ESTRELLA

Tilda Swinton vuelve al MOMA por su cumpleaños

La gala anual de cine del museo se convierte en una fiesta de homenaje a la elegante y enigmática actriz

El diseñador Karl Lagerfeld.

El diseñador Karl Lagerfeld.

IDOYA NOAIN
NUEVA YORK

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La historia de amor entre el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) y Tilda Swinton sumó el martes un nuevo capítulo. Ocho meses después de que la actriz protagonizara en la pinacoteca una exitosa reedición de la performance The Maybe, en la que permanecía yacente durante horas en una caja de cristal, la oscarizada intérprete de Michael Clayton volvió  a convertirse en estrella del museo. Esta vez, despiertísima, radiante y rodeada de amigos,

La actriz era la homenajeada en la gala anual del departamento de cine del museo. Celebraba, además, su 53 cumpleaños. Y las fiestas se fusionaron para celebrar a una de las más elegantes y enigmáticas mujeres del cine.

«Admiro la gracia con que lleva su talento», dijo Ralph Fiennes, que por primera vez ha trabajado con la escocesa en Grand Budapest Hotel. Fue el director de esa cinta, Wes Anderson, quien envió un mensaje que resumió la mágica aura que rodea a la intérprete. Comparó su piel de porcelana con «el color de las nubes». Y luego añadió la poesía: «Aun así, todo palidece a su lado».

La fiesta volvió a servir de pasarela para el impecable estilo de Swinton, vestida con pantalón blanco y chaqueta de tweed gris-plateado de Chanel. Y su majestuoso porte fue alabado por la crème de la crème del mundo de la moda reunido en el MOMA. Ahí estaba, por ejemplo, el diseñador Zac Posen, que habló de su extrema elegancia y de una cualidad «casi alienígena» y definió su estilo como «impecable, arriesgado, rompedor».

También Anna Wintour se rindió a Swinton y al amplio abanico que despliega, no solo como actriz. «Siempre está lista para salir de su zona de confort, en cine y en moda», dijo la editora de Vogue.

AMOR POR EL ARTE / La propia Swinton, a la que también acompañaron amigos como David Bowie y Karl Lagerfeld y celebridades como Sofia Coppola Jessica Biel, aprovechó la fiesta para declarar su amor incondicional por el arte, proclamando que «el cine es bueno para el alma». E hizo reír a los invitados cuando recordó que, cuando se siente insegura de aparecer en público, recuerda lo que una vez le dijo una niñera: «Nadie te va a mirar de todos modos, Matilda». Vaya si se equivocó.