UNA PATERNIDAD DE PELÍCULA

Los directores de cine también concilian

Cinco realizadores explican cómo combinan su vida profesional con la crianza de los hijos

Borja Cobeaga

Borja Cobeaga

Olga Pereda

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Icíar Bollaín acostumbra a decir que criar hijos es un reto bastante mayor que hacer películas. La directora -la más internacional del cine español junto con Isabel Coixet- es madre de tres niños, nacidos de su relación con el guionista Paul Laverty. Cada vez que estrena película, a Bollaín se le suele preguntar cómo es capaz de conciliar su vida laboral y profesional. Es, de hecho, una cuestión a la que recurren muchos periodistas cuando entrevistan a directoras y actrices que son madres. Coixet, madre de una chica de 21 años,  siempre se queja de que a ningún director se le hace esa misma pregunta. ¿Qué pasa con ellos, los directores que son padres? ¿Cómo combinan la crianza de los hijos con jornadas de trabajo irregulares y, en algunos casos, agotadoras y plagadas de viajes? Cinco realizadores nos ofren sus recetas. 

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Borja Cobaga: "Tengo orgullo de padre que sabe manejarse"

Borja Cobeaga, cuyo primer hijo nació hace 20 meses, es un hombre feliz con la paternidad. “Me encanta ser padre”, afirma. Pero también es realista: “La calidad de vida se va a tomar por saco. Vives cosas maravillosas, pero ahora entiendo a la gente que dice que no quiere tener hijos”. Para criar al suyo, el director de 'Fe de etarras' (que aparece en la foto de arriba) ha formado un equipo al 50% junto a su pareja, que se dedica al mundo de la publicidad. “Cuando yo ruedo, ella se ocupa más del crío. Y viceversa: yo me encargo más cuando ella asume mayor carga laboral”. Ser padre le ha hecho renunciar a algún proyecto, pero subraya que ahora es más ordenado y aprovecha mejor el tiempo. “Cuando me ofrecen dar charlas, siempre digo que no puede ser a partir de las siete de la tarde”, recalca el guionista, que afirma con orgullo llevar las riendas de la vida familiar: “Sé perfectamente qué come cada día mi hijo en la guardería y tengo en la cabeza el calendario de las vacunas”.

Cobeaga tiene palabras de admiración hacia su hermana porque es la tía perfecta que echa una mano siempre que se lo piden. El guionista de 'Ocho apellidos vascos' tira de sentido del humor al reconocer que tanto él como su pareja han visto el abismo este invierno pasado para poder conciliar hijo y trabajo: “Tres otitis en tres meses y dos veces por semana al ambulatorio… Por suerte tengo un trabajo flexible. A no ser, claro está, que esté rodando”. “Soy nervioso por naturaleza, pero tengo orgullo de padre que sabe manejarse. Y lo que veo a mi alrededor es lo mismo, padres implicados”, concluye el cineasta.

Marc Recha: “No hay diferencia entre ser padre y madre”

Cinéfilo desde que era un chaval, Marc Recha (Barcelona, 1970) sigue siendo un francotirador que hace el cine que le da la gana, películas con poco dinero y mucha libertad. En 2015 puso a su hijo detrás de las cámaras (que entonces tenía seis años) para rodar ‘Un dia perfecte per volar’, reflexión sobre la paternidad y un canto de amor a su hijo. “Tengo suerte porque como hago cine en los márgenes de la industria dispongo de mucho tiempo para estar en casa, escribir, leer y, por supuesto, estar con mi niño. Soy un padre presente. A veces hablo con compañeros que ven a sus chavales una vez al mes. Yo lo veo cada día. Estoy todo el día con él”, afirma. El realizador de La vida lluire deja claro que la implicación en la crianza es total: “No hay diferencia entre ser padre o madre”. Para él, criar a su hijo es una “aventura maravillosa y agotadora”.

Mateo Gil: “Conciliar es imposible”

El guionista habitual de Alejandro Amenábar, que acaba de estrenar en cines 'Las leyes de la termodinámica', es padre de un niño de dos años y su experiencia le hace afirmar que la conciliación es imposible. Tanto que su mujer, que también se dedica al cine, ha tenido que abandonar su vida profesional durante un tiempo. ¿Por qué no ha renunciado él a su vida profesional? “Sí, lo podía haber hecho, pero estaba en mejor posición económica que ella”, responde. “Si te dedicas al cine es complicado criar a tu hijo. Sobre todo en los rodajes, que tienen condiciones espantosas para una madre que quiere dar el pecho”. Gil asegura que los hombres de su generación están “más concienciados” en la crianza. “A mí me cuesta mucho sacar horas para estar en casa. Pero lo hago”, subraya Gil al mismo tiempo que critica los “descabellados” horarios españoles.

Pau Durà: “Comparto la crianza al 50% con mi mujer”

Pau Durà tiene dos gemelos de ocho años, fruto de su matrimonio con una periodista. Cuando ella estaba en la recta final del embarazo, el actor y realizador empezó a pensar en la enorme responsabilidad que les venía encima y parió la idea incial del guion de su primera película como director, la humilde y brillante 'Formentera Lady', que se estrenará en junio. “Ni mi mujer ni yo dejamos de trabajar al convertirnos en padres. ¿Cómo conciliamos? Pues como podemos, como todo el mundo. Me sorprende que se diga que los niños dependen más de las madres. No es nuestro caso. Yo cocino en casa, hago las camas y llevo a los niños al colegio. Mi mujer y yo hacemos equipo, estamos al 50%. Es verdad que hay momentos, cuando yo estoy rodando, por ejemplo, que ella se ocupa más. Pero en otras ocasiones soy yo el que está al frente”, asegura el actor, que puntualiza que si tanto el padre como la madre quiere seguir viviendo como antes y desarrollándose profesionalmente no queda otra más que pagar una cuidadora.

David Trueba: “He renunciado a trabajos por mis hijos”

“Para mí ha sido muy importante combinar el trabajo con los hijos. Yo he renunciado a trabajos para estar con ellos y nunca he pensado que estaba haciendo algo malo o dañino para mi carrera. Ahora son más mayores [21 y 13 años] y puedo hacer más cosas. Pero cuando tenían tres, cuatro o cinco años no era ninguna broma”, afirma el escritor y cineasta David Trueba, que lleva años separado de la madre de sus hijos, la actriz Ariadna Gil. “Cuando hacía la serie '¿Qué fue de Jorge Sanz?' muchos no entendían por qué yo marqué un horario estricto y a las dos de la tarde dejábamos de rodar. Les decía que era por mis hijos, porque salían del colegio y les tenía que preparar la comida. Siempre me ha parecido que la conciliación es inteligencia productiva”.

Trueba no da crédito cuando amigos suyos le preguntan si la vida les cambiará tras ser padres. "¿Eres tonto? Pues por supuesto que sí. Ahora bien, te puede cambiar para bien o para mal. Depende de ti. Los hijos te obligan a replantearte ciertas cosas. Tengo una amiga que hace poco me comentó que no sabía si tener un hijo o un perro. Y yo, viendo cómo me lo preguntaba, le dije: el perro, el perro”, concluye el autor.