AMOR, DESENFRENO, TRAGEDIA Y GLAMUR

Las seis décadas de Carolina de Mónaco

La princesa llega a los 60 con el deseo de detener el tiempo y disfrutar serena y tranquila de su familia

Las seis décadas de Carolina de Mónaco

Las seis décadas de Carolina de Mónaco / periodico

MIREYA ROCA / BARCELONA

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Carolina de Mónaco cumplirá este lunes 60 años. A punto de convertirse en abuela por cuarta vez (el primer hijo de Pierre y Beatriz Borromeo nacerá en breve), la princesa sigue siendo un auténtico icono de estilo. Los vaivenes que ha vivido en estas seis décadas no le han hecho perder ni un ápice de glamur. 

DE 1957 A 1967- UNA NIÑA EN EL PALACIO

Carolina Luisa Margarita Grimaldi llegó al mundo el 23 de enero de 1957 a las 9.27 de la mañana en la biblioteca del palacio de Mónaco. Según confirmó el ginecólogo francés Emilie Herve, su nacimiento fue rápido y sencillo. Sus padres, el príncipe Rainiero III de Mónaco y la actriz estadounidense Grace Kelly, habían contraído matrimonio nueve meses y cuatro días antes, el 19 de abril de 1956.

Según las revistas de la época, Cuando Grace Kelly vio que era una niña no cesó de llorar. Y es que el matrimonio prefería que su primogénito fuera varón, para así dar un heredero al trono monegasco.

Carolina, que fue bautizada el 3 de marzo de 1957 en la Catedral de San Nicolás, fue hasta que nació su hermano Alberto, 14 meses después, la heredera del trono y poseedora de 25 títulos nobiliarios. De niña estudió primero en palacio y después en el colegio monegasco de las Damas de San Marino. Cuando contaba 8 años, nació su hermana pequeña, la princesa Estefanía. 

DE 1967 a 1977 - UNA BELLA Y PROMETEDORA JOVEN

Carolina fue creciendo y en pocos años se convirtió en una atractiva joven que destilaba estilo y mucha elegancia. En sus años de adolescente, se convirtió en un auténtico icono de moda, así como en una de las chicas mejor vestidas del mundo. Las revistas de moda hablaban de ella y todos los modistos querían vestirla.

Con solo 16 años asistió por primera vez al Baile de la Rosa y la revista 'Time' tituló: "Carolina, la novia de Europa".

DE 1977 a 1987 - DOS BODAS Y UN FUNERAL

La princesa se fue a París para estudiar filosofía. Con 18 años empezó a salir, a asistir a conciertos, desfiles y elitistas fiestas hasta altas horas de la madrugada. Fue en uno de estos guateques donde conoció al 'playboy' del momento, Philippe Junot, del que se enamoró. El romance disgustó a la familia y la prensa insistía en que Junot era una mala influencia para la joven. Sin embargo, contra viento y marea, la primogénita de Rainiero y Grace se casó con Junot el 25 de agosto de 1978 en el palacio de Mónaco. Asistieron 64 invitados, entre los que se encontraban pocos miembros de la realeza europea.

Dos años después, en 1980, y tras varias infidelidades, el matrimonio se rompió. Tras la separación, la princesa se fue a estudiar a Inglaterra, donde inició una larga lista de romances, empezando con el tenista Guillermo Vilas y acabando con Roberto Rosellini, hijo de Ingrid Bergman. Este último se convirtió en uno de sus mejores amigos, pero la relación no prosperó. Mientras disfrutaba de una vida amorosa muy ajetreada, Carolina vivió uno de sus peores momentos, la muerte de su madre.

El 14 de septiembre de 1982, la princesa Grace falleció en un accidente de coche con muchas sombras. ¿Conducía ella o Estefanía, como muchos aseguran? Pero la vida siempre da una de cal y otra de arena. En un crucero por Cerdeña, Carolina conoció a Stéfano Casiraghi, su segundo marido. El 29 de diciembre de 1983, la pareja se casó, ella estaba embarazada de su primer hijo. Sin lugar a dudas, Casiraghi fue el gran amor de Carolina. El 8 de junio de 1984 nació el primer vástago de la pareja, Andrea y el 3 de agosto de 1986 llegó al mundo Carlota María Pomelina, la segunda hija del matrimonio, con la que Carolina guarda un gran parecido. 

DE 1987 A 1997 - LA VIUDA DE MÓNACO

Un año después de nacer Carlota, el 5 de septiembre de 1987 nació el tercer hijo de Carolina, Pierre. Pero tras vivir una etapa feliz y estable junto a su marido, la tragedia volvió a hacer mella: el 3 de octubre de 1990, falleció Stéfano Casiraghi en un accidente de lancha, deporte náutico del que era todo un campeón. Con solo 33 años, Carolina se convirtió en la viuda de Mónaco.

Las imágenes de una mujer destrozada dieron la vuelta al mundo y pasaron a la historia. La princesa, acompañada de sus tres hijos, se refugió en Sant Rémy de Provence, se aisló del mundo y se volcó en su rol de madre. Pero pronto el amor volvió a llamar a su puerta. En esta ocasión, del actor francés Vincent Lindon, con el que vivió un sosegado romance desde 1992. El 1 de junio de ese mismo año, después de más de 10 años de batalla legal en los tribunales de la Rota, obtuvo la nulidad eclesiástica de su matrimonio con Philippe Junot.

En plenos rumores de crisis con Lindon, Carolina viajó a Nueva York con Ernesto de Hannóver, que en esos momentos estaba casado con Chantal Hochuli, una de las mejores amigas de la princesa.

DE 1997 A 2007 - TERCERA BODA Y NACIMIENTO DE ALEJANDRA

Tras romper con Lindon, salieron a la luz unas fotos en las que Carolina y Ernesto de Hannóver, pretendiente a príncipe de la casa del mismo nombre y jefe del antiguo ducado de Brunswick y Luneburgo, asistían juntos al Baile de la Rosa de 1998. Unos meses después, el 23 de enero de 1999, el día en que la princesa cumplía 42 años, la pareja se casaba en el palacio de Mónaco. Carolina ya estaba embarazada de su cuarta hija, Alejandra, que nació el 20 de julio de 1999.

Parecía feliz al lado del aristócrata alemán, pero este tenía un fuerte carácter que se agravaba con sus excesos con el alcohol. En medio de un matrimonio turbulento y lleno de fisuras, el príncipe Rainiero falleció a los 81 años el 6 de abril, dejando un gran vacío en la familia monegasca.

DE 2007 A 2017 - UNA ABUELA FELIZ

Según algunos cronistas del corazón, Carolina no tiene buena relación con su cuñada, Charlène Wittstock, pues considera que la mujer de su hermano no está preparada para asumir el rol de primera dama del principado. Esta tensión entre las cuñadas ha provocado que Alberto intente evitar que coincidan en actos públicos.

A pesar de ello, la vida de Carolina sigue marcada por su papel real, aunque asiste a numerosos actos fuera de Mónaco, ha adoptado a la perfección su rol de madre y abuela, por lo que intenta pasar el mayor tiempo junto a su familia y disfrutar de sus cuatro hijos, Andrea, casado con Tatiana Santo Domingo desde el 2013; Carlota, con la que guarda un impresionante parecido; Pierre, que se casó con Beatriz Borromeo en el 2015, y que esperan su primer hijo, y Alejandra, fruto de su matrimonio con Ernesto de Hannóver. También dedica tiempo a los más pequeños de la familia: sus nietos Sasha, de 3 años, e India, de 1, de su hijo mayor; y Raphaël, de 3, hijo de Carlota y el cómico Gad EmalehRaphaël, , y sus sobrinos Jaime y Gabriela, los mellizos de Alberto y Charlène.

Carolina, la hija rebelde de Rainiero y Grace Kelly, vive una vida apacible y sosegada, sin amores ni escándalos, a pesar de que no se ha divorciado de su tercer marido, Ernesto Augusto V de Hannóver.