Bárbara Lennie, lanzada a por el triplete

Dio la campanada en el recién finiquitado 2014 metida en el pellejo de un «extraño animal», como ella definía su personaje en Magical Girl, por la que opta a mejor actriz en unos Goya que se han rendido a su magnetismo y realista contención: también está nominada como mejor secundaria por El Niño -es la policía que investiga junto con Luis Tosar las idas y venidas del narcotráfico en el estrecho de Gibraltar-. Y en una triple pirueta, aspira al Gaudí (los Goya catalanes) como mejor protagonista femenina por Stella Cadente, de Lluís Miñarro, donde se ciñe la corona de María Victoria. Bárbara Lennie (Madrid, 1984) es la chica de moda en la gran pantalla y se asoma al 2015 pletórica.

Hasta Pedro Almodóvar le sigue el rastro y, tras colmarla de reverencias por su trabajo en el enigmático filme noir de Carlos Vermut, podría atraparla (ya le dio un papelito de dependienta en La piel que habito) para su esperada próxima película, Silencio. Ella, siempre discreta y alejada de la vociferante farándula, sigue su camino. A la carrera, con proyectos en cine, teatro y televisión, pero sin alardes y dispuesta a seguir corriendo riesgos. Le gusta saltar al vacío con guiones que, como el de Magical Girl, la «perturban y descolocan».

Algunos ya descubrieron el hechizo de su intensa mirada en Obaba (de Montxo Armendáriz). Tenía 21 años y fue nominada al Goya a mejor actriz revelación. Años después, en el 2009, su conmovedor retrato en Los condenados de Isaki Lacuesta le valió un Premi Sant Jordi.

Pero la bella Lennie no acababa de dejar huella en el gran público. La eclosión ha llegado ahora, con las rarezas de Vermut y Miñarro, y la taquillera El Niño, apuntalada por su aparición televisiva en Isabel como Juana de Avis. También fue Rosa en Amar en tiempos revueltos y pasó muy fugaz por Águila Roja, y pronto la veremos en la intriga de El incidente (Antena 3), junto a Marta Etura y Miquel Fernández.

Curtida en las tablas

Poco más se sabía de ella en las pantallas porque Lennie, de familia argentina, ha labrado su talento entre bastidores, de la mano de Miguel del Arco, hoy convertido en uno de los directores más prestigiosos de la escena española. Junto a él irrumpió en La función por hacer (que recaló en La Villarroel), el sonado debut de la compañía Kamikaze, en la que también brilla Israel Elejalde (nominado a actor revelación de los Goya por Magical Girl).

La obra, por la que Lennie obtuvo el premio de la Unión de Actores, arrasó en los Max (siete manzanas se merendaron, aunque a ella se la arrebató Vicky Peña). Un año después la madrileña se desquitó: venció a las catalanas Peña y Anna Lizaran por Veraneantes, donde también, como en la cinta de Vermut, su personaje lleva su nombre. La platea del Lliure la recordará asimismo por el de Celimena, en el estupendo Misántropo orquestado por Del Arco que se vio hace pocas semanas. Ambiciosa y radiantemente seductora, Celimena llevaba a la sinrazón al pobre Alcestes, un Elejalde que acompañará a Lennie, su pareja, en la alfombra roja del cine español. Dos enormes talentos con los pies en las tablas.