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La surrealista guerra de vecinos por un árbol abandonado en el rellano

Una historia de amenazas con giro amoroso y final democrático

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María Aragón

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¿A quién no se le ha ido de las manos lo de recoger el árbol de Navidad? Pasan los Reyes, vuelves al trabajo, te puede el estrés... Y de repente te plantas en mayo y el arbolito sigue ahí, impasible, recordándote días mejores.

Esto es lo que debe haberle pasado a este vecino, que al darse cuenta de que junio se le venía en cima, lo abandonó en el rellano. ¿Y qué pasa cuando dejas algo en el rellano (aunque solo sea un momento)? Confusión, conflicto, drama, batalla vecinal. Pero esta vez la guerra tiene matices y giros. ¡Incluso hay una confesión de amor!

Todo empezó con una nota del vecino agresivo, el que te da los buenos días en el ascensor pero tienes que evitar darle la espalda: "¿Qué quieres que lo baje tu madre? Los vecinos no estamos dispuestos a aguantar tu mierda. El próximo papel te lo dejo en la puerta".

En este momento imaginamos que el propietario del árbol sintió el miedo en el cogote y dijo "vamos a calmar las cosas un poquito". ¡Si el árbol solo iba a estar ahí UNOS DÍAS! Todo tenía una explicación. Cuánta exageración.

"Este árbol estará aquí hasta el 30 de mayo, fecha en la que se le llevará a un centro para ser replantado". Fíjate, si encima era por una buena causa. "Agradeceríamos eviten dejar notas amenazantes. Perdonen las molestias". Aquí el Zidane de los vecinos, el que gana la competición desde la calma. "No es basura", matiza. La verdad es que conmueve. Quién no es ecologista estos días...

Pero, ojo, llega el vecino sensato. "Mi opinión, que soy otro vecino, es que deberías guardarlo en casa hasta que se lo lleven". Algo de razón puede tener. Pero le pierden las formas. Atención al giro pasivo-agresivo: "A mí el 6 de junio vienen a retirarme la lavadora. ¿Te parece que la deje al lado del pino?". BOOM.

El primer giro de la trama

Salió la frase clave, el qué pasa "si todos hacemos lo que tú". Y aquí es donde revienta la trama. Ya no es la historia de un pino, es la historia de los dramas personales de cada vecino. Como el de esta persona, que amenaza con dejar a su marido al lado del árbol para que lo replanten también. Y con una nota mecanografiada, para no dejar pruebas que hagan sospechar de dónde proviene esta idea.

Al día siguiente al árbol le creció otra nota. Efectivamente se estaba reconvirtiendo en árbol de Navidad. A este paso llegamos a diciembre y no hace falta comprar bolas. Pero ojo al que abre el melón de la comunicación. ¿Para qué tanta reunión de vecinos y tanta historia cuando podemos plantar unas notitas? Eso, sí, amenaza: "Mañana a primera hora se va".

¡Espera! Todavía no se ha ido y viene lo mejor. De hecho está más latente que nunca, como el corazón de esta persona que aprovecha para abrirse en canal ante toda la comunidad. "Esto no tiene nada que ver, pero estoy profundamente enamorado". ¡Cuéntanos más! "Me gustaría que me perdonase por el daño innecesario que le hice. Pero sinceramente, lo más feliz que me haría es que quisiera casarse conmigo". Una proposición de matrimonio con una nota en mitad de un árbol abandonado. Original es un rato.

Tantas historias estaba acumulando el abeto, que estaba tardando la propuesta democrática: "¿Quiere usted que el arbolito se quede?"

Desconocemos si llegará a diciembre. Pero el 30 de mayo, el día del juicio final, el árbol seguía allí.