SEGURIDAD VIAL

Los semáforos se adaptan a los nuevos tiempos

Las señales luminosas a ras de suelo se extienden para 'proteger' a los adictos al teléfono móvil

Semáforo a ras de suelo en Bodegraven, Holanda.

Semáforo a ras de suelo en Bodegraven, Holanda. / periodico

LUIS BENAVIDES / BARCELONA

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Bodegraven, una ciudad holandesa con apenas 20.000 habitantes, estrena unos semáforos de luz en el suelo para alertar a los que  no levantan la cabeza de su teléfono móvil.  Se trata de unas tiras de LED incrustadas en el suelo que cambian de color, verde y rojo, para indicar si se puede cruzar. Lógicamente, estas tiras de luz están sincronizadas con el semáforo clásico, el vertical, y funcionan de noche y de día.  La empresa encargada es HIG, una pequeña compañía fundada en 1982 especializada en soluciones de construcción y sistemas de tráfico.

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Se desconoce el número de accidentes provocados por adictos al Whatsap o el 'Candy Crush' en esta localidad, pero la adicción al móvil de sus vecinos comienza a preocupar a sus representantes políticos. “La atracción de las redes sociales, juegos, Whatsapp y música es muy grande y se produce a expensas de la atención al tráfico. Como gobierno, no podemos invertir esta tendencia pero podemos anticiparnos a ella”, explica el concejal del municipio, Kees Oskamn.

A finales del pasado año, el Ayuntamiento de Sant Cugat del Vallès también reforzó la seguridad de los peatones enganchados a las pantallas de sus dispositivos móviles. Como primera prueba en el municipio, el consistorio instaló un sistema semafórico en el suelo del cruce de la plaza de los Quatre Cantons. Este sencillo dispositivo, un sistema de luces led en el suelo, tiene un antecedente casi idéntico  en la ciudad alemana de Augsburgo, donde se dieron cuenta del creciente problema que supone caminar y cruzar con la vista fijada en la pantalla del móvil o de la tableta, más si cabe cuando por la calzada pasa un silencioso tranvía.

DEBATE

Según una encuesta realizada en diferentes ciudades europeas, el 17% de los peatones entrevistados reconoce caminar por la calle consultando o jugando con algún dispositivo móvil. Este dato no justifica la inversión de recursos públicos, según los detractores de los semáforos a ras de suelo. Sus argumentos: estos novedosos dispositivos tienen un coste elevado y, sobre todo, sobreprotegen a los ciudadanos irresponsables. Y es que los peatones, como los conductores, también debe circular por la vía pública con responsabilidad. En este sentido, Seúl es de las primeras ciudades en prohibir el uso del teléfono en algunas zonas, especialmente conflictivas por la intensidad de su tráfico.  Para ello han creado su propia señalización vertical.

PLURALIDAD

Otros semáforos último modelo buscan la paridad, como los implementados por el Ayuntamiento de Valencia el pasado año, con monigotes vistiendo una faldaValencia, y la pluralidad sexual, como los instalados por el ayuntamiento de San Fernado (Cádiz), siguiendo el ejemplo de ciudades como Utrech y Viena, con parejas de gais y lesbianas que se paran y caminan, cogidos de la mano.