Cuestionada en Instagram
La modelo de tallas grandes Ashley Graham, duramente criticada por perder peso
Algunos de sus seguidores creen que con este cambio ya no representa a las mujeres XXL como en años anteriores
Ashley Graham es la imagen del denominado 'body positive', o básicamente la guerra contra las tallas. La modelo estadounidense, que ha protagonizado portadas en Vogue, Elle o Glamour, lleva dos décadas representando a las mujeres XXL en pasarelas y sesiones de fotos.
Miles de mujeres de todo el mundo se han sentido identificadas no solo con su físico y lo que representa, sino también con numerosas declaraciones en las que se ha mostrado feliz con su cuerpo, aceptándose tal como es.
Pero las últimas imágenes de la modelo no han gustado a sus seguidoras, que se han mostrado muy críticas con el cambio físico de los últimos meses, en los que hay una evidente pérdida de peso al comparar las imágenes compartidas por ella misma en su Instagram a principios de verano, en junio, y en la actualidad, precisamente cuando se ha presentado en Madrid como imagen de la nueva línea Violeta de Mango.
Hace unos días, en un evento de Vogue, la modelo posó con un vestido ajustado que evidenciaba este cambio físico. "¿Qué pasó con la modelo que aceptaba sus defectos? ¿Era para ganar dinero?" se preguntan sus seguidores. "Demasiado delgada para ser talla grande" o "cómete una hamburguesa" fueron algunos de los comentarios que recibió en la publicación.
Lejos de lamentar estas críticas, la modelo ha querido zanjar la polémica con un mensaje contra la misoginia de este tipo de declaraciones en las que se valora constantemente el cuerpo de la mujer.
"Mi cuerpo es mío y no debo nada a nadie", dijo en el acto de esta semana en Madrid, donde aseguró que pesa exactamente lo mismo que en 2013. "I am what I am" (Soy lo que soy), es el lema que promulga ahora. "Refleja lo que llevo años diciendo, que da igual de dónde seas o la talla que uses. Eres quien eres y tienes que celebrarlo".
En una entrevista en El País, asegura que las redes sociales se han apropiado de los cuerpos e identidades de las personas. "Me han servido como plataforma para darme una identidad, pero con eso vienen los que te vigilan y te controlan cuando ganas o pierdes peso. Sé cómo vestirme para estar favorecida y conozco mis puntos fuertes, así que un día puedo parecer más delgada que otro. Y, sinceramente, me importa un bledo. No estoy aquí para agradar a nadie que no sea yo misma”.
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