«Es la austeridad lo que alimenta el desapego»

Hasta la llegada de la crisis y de las medidas de austeridad impuestas por Bruselas para afrontarla, Julie Rouault no le había dado mucha importancia a la política europea. Pero ahora entiende que las decisiones que se toman en el seno de la Unión le afectan. «En mayo sí que votaré», dice.

La beca Leonardo, con la que Julie vino de prácticas en los años 90, cambió su vida. «Barcelona era tan alegre y dinámica que contrastaba mucho con la Francia aséptica en la que había crecido», recuerda. Cuando decidió instalarse, encontró trabajo rápidamente y, aunque le pagaban «mal y en negro», no le importaba. Pero la crisis lo oscureció todo: «El coste del alquiler, la falta de ayudas sociales, la precariedad de los autónomos... Estuve a punto de volver a Francia». Y las políticas europeas de austeridad, a su juicio, no han ayudado: «Son decisiones impuestas y muy duras para algunos países, como España».

Julie admite que le tiene «cariño a la idea de unión y paz sobre la que se construyó Europa», pero en la práctica no ve tal unión, sino desigualdad y desorden. Tampoco aprueba cómo algunos partidos, como el FN de Marine Le Pen en su país, utilizan la crisis en clave nacionalista contra una mayor integración europea, pero entiende que se trata de una reacción a políticas que no se ven como democráticas: «La austeridad no solo no funciona, sino que provoca la rebeldía y el desapego de los ciudadanos».

Pese a todo, no cree que la UE se vaya a romper: «Sería un fracaso tremendo». Julie considera que habría que reforzar la Unión para controlar a los gobiernos estatales. «No hay una política exterior común, ni una línea ideológica clara. ¿La UE es de izquierdas, es de derechas...?», se pregunta. M. E.