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Patricia Caicedo: "Sentir una misión en la vida orienta y da fuerza"

Reescribe la historia de la música lírica haciendo protagonistas a quienes los currículos oficiales ignoran

La cantante Patricia Caicedo, en el Palau de la Música.

La cantante Patricia Caicedo, en el Palau de la Música. / RICARD CUGAT

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Carme Escales
Carme Escales

Periodista

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Haber nacido en Ibagué, capital de Tolima y capital musical de Colombia, facilitó la llegada de Patricia Caicedo a la música. Con cinco años entró en el conservatorio de su ciudad. Su padre también era alumno. Era una familia sensible al arte. Una monja del colegio descubrió su voz a los 12 años, era solista en el coro. Hasta los 23 participó en concursos, sin tomar clases aún. Se licenció en Medicina y hasta el 98 trabajó como médica. Pero la música no se silenciaba en su interior y empezó a estudiar canto, para lo que robaba cada vez más tiempo a la Medicina.

Hasta que...

Decidí venir a Barcelona a estudiar canto con una profesora de la que me hablaron. Llegué con mis ahorros el 28 de diciembre del 98, lista para una nueva vida, un cambio de identidad. Dejaba allí a la doctora que fui para conquistar mi sueño de cantar. Lo que no sabía es que había iniciado una misión.

¿Cuál?

Hacer llegar las canciones líricas de España y Latinoamérica al repertorio de los conservatorios. Si no se cantan, no se graban ni se publican, y caen en el olvido. La formación oficial en Japón, Caracas, en todas partes se ciñe al repertorio alemán francés e italiano del XIX, totalmente eurocéntrico.

Y androcéntrico.

Sí, de eso me di cuenta al acabar mi doctorado en canto. En Medicina siempre había competido con hombres, no me sentía minoría, pero en la música, para sentir la seguridad de poder ir a hablar con cualquiera he necesitado tener mi doctorado en la mano. Un camino larguísimo para sentir la misma seguridad que siente un hombre desde que abre los ojos. No es justo. Pensamos en grandes músicos y nos vienen a la mente Mozart, Schubert, Bach...

Su disco ‘Amb veu de dona’ es, como su misión, algo así como reescribir la historia haciendo protagonistas a los ignorados.

Todo lo que he hecho desde que llegué aquí va en esa dirección. He escrito 7 libros y 8 discos mostrando obras de compositores, mujeres y hombres de España y América Latina. El Barcelona Festival of Song –el próximo año llegará a su 15ª edición–, lo creé para formar a músicos de todo el mundo en esa lírica en castellano, catalán, portugués y lenguas indígenas, para llevarla a conciertos. Y decidí, además, comisionar a mujeres en el festival, apoyar activamente el trabajo de mujeres.

¿Siente que nada a contracorriente?

Sí, porque son muy pocos los profesores dispuestos a salirse del currículo tradicional. Mi profesora de canto en el conservatorio, por una cuestión técnica, nos hacía cantar en nuestra lengua. Y yo lo hice con obras del argentino Alberto Ginastera y sus temas líricos de influencia folclórica. Me encantó. Sentí que eso era lo que quería cantar. Y empecé a buscar partituras. Fue una labor de chinos, era como ser detective. Busqué en archivos y bibliotecas. Era una fiesta cuando encontraba una.

Cuéntenos alguna grata sorpresa.

El ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia me hizo una carta de presentación que al llegar a Barcelona fui a entregar al cónsul. Y en febrero del 99 hubo un gran terremoto en Colombia y el cónsul me llamó para cantar en un concierto benéfico en Santa Maria del Mar. Canté mis canciones de cámara y, al final, una señora, Mariona Agustí, vino emocionada a decirme que aquello era lo que cantaba su madre. Era la hija de Conxita Badia, la alumna predilecta de Enric Granados. Falla, Mompou, Toldrà compusieron temas para ella.

Una puerta abierta a su misión.

Lo viví como una gran señal. El archivo de Conchita Badia se me abrió de golpe. Aquello me arraigó más a mi compromiso de no cesar en mi búsqueda. Sentir una misión en la vida orienta y da fuerza. La emoción que siento por mi misión, poner el piano y la voz al servicio de la poesía, es también una luz que ilumina mi cometido.

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¿En qué punto de realización se encuentra ahora esa misión?

Queda mucho aún, mi misión finalizará cuando se incluya en el currículo oficial de los conservatorios el repertorio lírico de Latinoamérica, de España y de Catalunya.