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Marta Tello: "Algunas pasajeras me dicen:'Mujeres al poder'"

Marta Tello lleva 10 años al volante de autobuses y asegura que le gusta su oficio pese al tráfico

Marta Tello, al volante del Bus Turístic.

Marta Tello, al volante del Bus Turístic. / JOAN CORTADELLAS

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Óscar Hernández
Óscar Hernández

Periodista

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Cuando Marta Tello Gutiérrez (Barcelona, 1974) se estrenó al volante de  un autobús de línea en Barcelona perdió 15 kilos en un mes. Hoy es una simpática conductora del Bus Turístic, ese enorme monstruo de dos pisos con el que se desenvuelve con profesionalidad por las calles de la ciudad. Con mucha calma y sin perder la sonrisa. Y además con eficacia. En 10 años, ni un accidente importante.

–¿Nunca imaginó que llevaría un autobús?

–Qué va.Empecé hace 10 años porque estaba en el paro. Me dijeron que TMB ofrecía un curso para mujeres desempleadas a través de la UniónEuropea. Pagaban el carnet durante un año a 15 mujeres. Cuando aprobé, ya me dieron un autobús.La primera semana salía con un compañero. Pero luego sola. 

–Rápida inmersión.

–Me iba por las mañanas con mi coche para aprenderme la línea. Y es que cada día te podía tocar una ruta y hasta un horario diferentes. Tenía que vigilar que no se notara cuando frenaba para que no dijeran que conducía mal. Perdí 15 kilos en un mes.

–Pero ahora se nota que le gusta.

–Me encanta conducir. Sobre todo el Bus Turístic, que llevo solo de mayo a noviembre. El resto de meses hago línea. Es mucho mejor el Turístic. En las líneas llevas niños, gente mayor y cualquier frenada brusca les puede hacer daño.  A veces hasta hay ancianos que suben con el tacataca solo para darse una vuelta con la tarjeta rosa. Y yo entonces voy con tensión.

–Usted tiene un historial intachable.

–Solo he roto dos retrovisores, pero nunca he hecho daño a nadie, A veces es mejor darle un golpe al coche que va delante antes que frenar bruscamente y que la gente se caiga dentro del autobús.

–En el Turístic por suerte sus pasajeros van sentados. ¿Se  comportan todos igual?

–Los italianos, los franceses y los argentinos tienen más temperamento.Los chinos y los coreanos son muy educados. A veces, cuando hay manifestaciones en la Via Laietana tienes que dar una vuelta enorme y cambiar la ruta. Ya no haces las paradas y eso es un problema para ellos.

–¿Alguien se sorprende al verla al volante?

–A veces se me quedan mirando. Por ejemplo, los rusos. Pero también hay gente mayor que te da la mano. Y algunas pasajeras  que te dicen: «Mujeres al poder». A mí lo que sí me molesta es cuando me pitan por circular por el centro de la Diagonal. La gente no entiende que el Bus Turístic no puede ir por el carril-bus. Primero por los árboles, que pueden dañar a los pasajeros de arriba. También porque nosotros no hacemos tantas paradas como los autobuses de línea. Y nuestros giros son más amplios. Por eso tenemos que circular por el centro de la Diagonal.

–La dejarán pasar por ser más grande.

–No siempre. Tienes que ir con mucho cuidado. Sobre todo con algunos taxistas. Hay conductores extranjeros que no conocen mucho la ciudad o que se paran bruscamente para no perder un pasajero. Luego hay turismos y motos que no respetan el ceda al paso que llevamos detrás, que es para cuando salimos de las paradas. Los coches no ayudan. Todos quieren adelantar al autobús.

–Dígame un truco para conducir un vehículo de 12 metros de largo en Barcelona y no morir en el intento.

–Conducir con los retrovisores. Eso es fundamental. Y tomarse las cosas con calma.  Es un trabajo difícil porque tienes mucha responsabilidad. Pero a mí me encanta estar todo el día en la calle y que me dé el sol. Aunque con menos tráfico sería mejor. Lo que sí recomiendo es mantenerse en forma, hacer ejercicio. Yo voy al gimnasio y ando mucho. Los chóferes pasamos muchas horas sentados y eso para las piernas es muy duro.

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–¿Y si  tienen una emergencia a bordo?

–Tenemos un sistema de aviso inmediato que funciona muy bien. Paras y esperas.