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Marta Amigó: "El ajedrez refuerza la lengua, las matemáticas y los valores"

De la afición familiar de jugar al ajedrez, esta maestra ha hilvanado un proyecto de valores y aprendizaje escolar basados en él

Marta Amigó, maestra e impulsora de un sistema novedoso de aprendizaje.

Marta Amigó, maestra e impulsora de un sistema novedoso de aprendizaje. / CARLOS MONTAÑÉS

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Carme Escales
Carme Escales

Periodista

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En casa de los Amigó, una familia de l’Espluga de Francolí (Conca de Barberà), las figuras de ajedrez han formado siempre parte del mobiliario del hogar. Tanto, que la mesa frente al sofá fue concebida con un tablero del juego impreso en su superficie. En ella Marta Amigó y los dos hermanos que la siguen habían visto los primeros movimientos sobre cuadros en blanco y negro, en manos de su padre, fundador del Club d’Escacs de l’Espluga de Francolí (www.escacsespluga.com), y al que un tío le había enseñado a jugar. Jordi, el hijo menor, de 32 años, es hoy Mestre Català d’Escacs. Marta no aspiró nunca a alzar copas y medallas, pero ha sabido leer todo lo que a ella la enriqueció de las estrategias de juego para crear un sólido proyecto escolar que crece en Catalunya.

¿Cuáles son sus primeros recuerdos sobre el juego en el que la introdujo su padre?

Me cuesta recordar los inicios porque cuando yo llegué, el ajedrez ya estaba en casa, mis hermanos y yo crecimos con él de manera natural. A los 8 años me inscribieron en el club. Sí recuerdo que lo que me gustaba más de ir al club y a las competiciones era encontrarme con los amigos. Después de la partida analizábamos las jugadas y hablábamos de otras cosas, eso era lo que más me gustaba. La excusa era el ajedrez.

La misma excusa que tiene hoy el proyecto ‘Escacs a l’escola’. ¿En qué consiste?

Introducimos el ajedrez como herramienta educativa en horario lectivo. Lo importante no es aprender a dominar el juego, sino la destreza que se desprende de su práctica para llevar mejor las matemáticas, la comprensión lectora y del espacio y el medio, así como valores que facilitan las relaciones con los otros y con nosotros mismos.

Por ejemplo.

Aceptar los propios errores. Si te equivocas en una jugada, el error es solo tuyo, y debes asumir las consecuencias de tus propios actos, no como en el fútbol, por ejemplo, donde la culpa puede ser de otro. También el respeto es otro valor que propaga el ajedrez. Al inicio y al final de cada partida, los rivales se dan la mano y al acabar la analizan. También se aprende a esperar el turno, importante en la sociedad de la inmediatez en la que vivimos. La paciencia, el respeto, la espera, son superimportantes, como pensar en el efecto de lo que hagas, preguntándote antes qué pasará si hago esto antes de hacerlo.

Son valores del deporte, en realidad.

Es que el juego de ajedrez es un deporte.

¿Cuál es el punto de inflexión para que el juego de ajedrez tenga rango de deporte?

La práctica del ajedrez se organiza como cualquier otro deporte individual. La Federación Internacional agrupa a 190 países. Estudios científicos señalan que el desgaste físico de los jugadores es igual o superior al de algunos deportes olímpicos. Porque el cerebro también es físico y consume más del 20% de la energía de todo el cuerpo. La pregunta que plantea el experto en ajedrez Leontxo García es: ¿Jugaría Messi tan bien al fútbol con un cerebro distinto? Además, en el ajedrez no interviene el azar.

Entonces, ¿van por Catalunya enseñando ajedrez a profesores?

No el juego en sí, sino ejercicios o dinámicas concretas adaptadas a alumnos de 1º a 6º de primaria (hay 1.023 maestros formados gracias a un convenio de la Federació d’Escacs, el Departament d’Ensenyament, y las universidades de Lleida (UdL) y de Girona (UdG)) para que su cerebro adquiera habilidad en cálculo, en orientación espacial.

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¿Como juegos dentro del juego?

Sí, y la destreza se aplica en otras asignaturas de manera inconsciente y se puede transferir a la vida cotidiana. Y este curso haremos lo mismo en inglés en pueblos de menos de 10.000 habitantes con la asociación Chess and English, la Federació Catalana d'Escacs y el apoyo de la Obra Social 'la Caixa'.