Gente corriente

Laura de Castellet: «Me dedico a desmontar tópicos sobre el pasado»

Es la única habitante de un pueblo del Solsonès, donde se dedica a recuperar el auténtico sonido de la edad media

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Gemma Tramullas
Gemma Tramullas

Periodista

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El camino asfaltado que lleva hasta Sant Just d’Ardèvol (Solsonès) discurre entre campos cubiertos de escarcha que se evapora bajo el sol de la mañana. En la antigua rectoría de este pueblo vive Laura de Castellet. Varias reproducciones de instrumentos medievales reposan sobre la mesa de la sala, donde la lumbre hace soportable el ambiente gélido.  Bienvenidos a este viaje al pasado. 

–¿Cuántos habitantes tiene este pueblo? Una: yo. Y un rebaño de ovejas.

–¿Qué hace aquí tan sola? No estoy sola. Estoy muy bien acompañada con mis vecinos de las masías y los monjes del monasterio del Miracle. Además, me dedico a la divulgación histórica y me paso todo el día en la carretera. Mi metrópolis es esto [enseña el teléfono móvil].

–¿Desde cuándo le atrae la edad media? De niña devoré 'Tirant lo Blanch', mi cómic preferido era Jan i Trencapins –que está ambientado en la edad media– y en casa sonaba música medieval de grupos como Ars Musicae. Me encantaba todo lo relacionado con los trovadores y el occitano. 

–Estudió Bellas Artes. ¿Cómo terminó dedicándose a la arqueología musical? De formación soy dibujante e ilustradora, pero me he dedicado al territorio y al paisaje. En el 2003 estaba de responsable en el monasterio del Estany y descubrí una escena de juglaría en un capitel del claustro.

–¿Qué escena reproduce ese capitel? Aparecen unos músicos con una viola y una juglaresa bailando con unas tablillas que son antecedentes de las castañuelas.

–Y a partir de ahí empezó a investigar. Mis estudios van desde el final de la época romana hasta principios del siglo XIV. Prácticamente todo lo que tiene que ver con trovadores nos ha llegado a través de libros del siglo XIV, cuando ellos actuaron en el XII-XIII, o sea, que lo que sabemos es fotocopia de fotocopia. Yo intento reproducir la auténtica sonoridad del románico.

–Incluso construye réplicas de los instrumentos de la época. Sí, por ejemplo esta viola del siglo XII la he hecho a partir de una imagen del retablo de Espinelves y con el bagaje de 15 años de estudio y comparación de instrumentos. 

–[toca la viola] Suena un poco... ¿A gato escaldado? Mi objetivo no es que suene bien según el canon actual sino lo más parecido a como sonaba en su época. 

–La edad media está repleta de tópicos. Entender la edad media a partir de Juego de Tronos es un error. No se vivía peor en el campo en el siglo XIII que en el XIX. Y sí, había muchas guerras, ¿pero acaso no las hay ahora? ¡Pero si hace apenas una generación aquí hubo una guerra civil! Yo me dedico a desmontar tópicos sobre la manera de ver el pasado.

–Usted defiende que no hay tantas diferencias entre la época actual y la medieval. Hay diferencias tecnológicas. Estudio la comunicación entre las torres y castillos de esta zona, que hacía frontera con Al-Andalus. Con niebla no valían hogueras ni humos y se usaba el cuerno de vaca. El concepto no es muy distinto al del móvil porque en ambos tienes unos códigos para enviarte mensajes. ¿Sabe cuál es uno de los mayores inventos de la humanidad?

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–Hay muchos... La aguja de coser.

–¿Qué pasa con ella? Tuvo dos consecuencias brutales: los bebés dejaron de morirse de frío y los grupos de cazadores pudieron salir de caza dos o tres días, instalarse en tiendas bien montadas y volver con más comida para los suyos. La aguja de coser me parece mucho más importante para el avance de la humanidad que la tecnología bélica.