Gente corriente

José López: «Está prohibido decir: No puedo, 'no puc' o 'I can't'»

Tiene dos hijos, es profe en un instituto de Reus y fue futbolista internacional. ¡Ah! Y es ciego

zentauroepp41550020 jose lopez contra contraportada180116174725

zentauroepp41550020 jose lopez contra contraportada180116174725 / JOAN REVILLAS

3
Se lee en minutos
Gemma Tramullas
Gemma Tramullas

Periodista

ver +

Tiene el libro de texto en braille y sus alumnos hacen los trabajos y los exámenes con el ordenador para que él pueda corregirlos con un lector de pantalla. Aparte de algunas cuestiones técnicas, nada diferencia las clases de Historia de José López (Málaga, 1975) en el instituto Lluís Domènech i Montaner de Reus de las de cualquiera de sus colegas. 

–¿Cuál es su mejor virtud como profesor? La paciencia; si no tienes paciencia dedícate a otro oficio, pero no a ser docente. 

–¿Tiene ventajas tenerle de profe? Hace unos años fui tutor de un grupo de chicos con dificultades. Un día una alumna exclamó muy frustrada: «¡No puedo hacer esto!». Yo le contesté: «Está prohibido decir: No puedo, 'no puc' o 'I can’t'. Si yo lo hubiera dicho, hoy no te estaría mirando a la cara».

–¡Toma ya! Podré ser un profe de Historia bueno, malo o regular, pero lo que sí pueden aprender mis alumnos es una forma diferente de enfocar la vida y de superar los retos.

–Entonces seguro que es un buen tutor. Eso lo tienen que decir los alumnos. Me gusta hablar con ellos, saber cómo respiran, qué piensan; vivo de ellos, de sus actitudes y reflexiones. No son máquinas, a veces son muy inconscientes pero también tienen problemas y sufren. Siempre me digo: «José, no olvides que tú también fuiste estudiante».

–¿Usted dónde estudió? Vivía en Vila Joiosa y la EGB la hice en una escuela de la ONCE en Alicante, un micromundo donde todo está pensado para personas invidentes o con limitación visual. Allí los monitores me enseñaron a ser autosuficiente con las tareas diarias y no tengo palabras para agradecérselo. Pero el paso a un instituto público fue brutal. Allí yo era el diferente, el extraño, y me costó adaptarme.

 

–¿Por qué eligió la carrera de Historia? Quería ser periodista, deportivo o de política, pero no me llegó la nota para entrar en Periodismo. Luego me enteré de que había plazas reservadas para discapacitados, pero ya me había matriculado en Historia.

–¡Qué rabia! No me hice mala sangre, fui a estudiar Historia y encantado de la vida. Sí me dolió cuando hice una entrevista de trabajo para un medio de comunicación local y me dijeron que no buscaban una persona ciega sin darme la oportunidad de demostrar mis capacidades. Me sentí discriminado.

–Si supieran que ha sido futbolista en tres Juegos Paralímpicos... Estuve 20 años en la selección española de fútbol para ciegos, pero lo dejé después de Londres 2012. Había nacido nuestro primer hijo y quería dedicarle más tiempo.

–Su esposa también es invidente. Ella hacía judo y nos conocimos en un torneo en Brasil. Podríamos haber decidido no tener hijos pero... ¿y por qué no? Es una satisfacción personal poder decir que he bañado, he cambiado los pañales, he dado de comer y he dormido a mis dos hijos. Me cuesta más, pero lo hago igual.

Noticias relacionadas

–¿Qué quiere transmitirles a sus hijos? Que no se dejen superar por la adversidad. Ellos ven y me gustaría que cuando fueran mayores pudieran decir que su madre y su padre se equivocaron en muchas cosas, seguro, pero se esforzaron al máximo y superaron las adversidades para que ellos tuvieran una vida normal.

–Hacen falta más referentes como usted. Hay muchas cosas que se presupone que yo no puedo hacer, quizá por ignorancia. Uno de mis objetivos es que la sociedad se normalice y no se me valore por la discapacidad sino por la capacidad o no de hacer las cosas. Llevo 12 años en la enseñanza y no quiero que mis alumnos se acuerden de mí porque era ciego sino porque era un profe horrible, magnífico o regular.