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Isabel Lobo: «Todos se han apropiado de la figura de Irurita»

Familiar del obispo de Barcelona Manuel Irurita, primera víctima de la Guerra Civil identificada por técnicas de ADN

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zentauroepp44132418 sant cugat 03 07 2018 entrevista para la contra isabel al180708170225 / Robert Ramos

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Manuel Arenas
Manuel Arenas

Redactor y coordinador del equipo de información del área metropolitana de Barcelona

Especialista en historias locales, audiencias e información del área metropolitana de Barcelona y reporterismo social

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En 'Exhumaciones contemporáneas en España: las fosas comunes de la guerra civil', el forense Francisco Etxeberria, que ha participado en numerosas de esas exhumaciones y es una de las voces más autorizadas en la materia, revela un dato no muy conocido: la primera víctima de la Guerra Civil identificada en España por técnicas de ADN fue el obispo de Barcelona Manuel Irurita Almandoz, en 1999. Isabel Lobo (Tolosa, Guipúzcoa, 1953), sobrina nieta política de Irurita, ha investigado la compleja figura del obispo y jugó un papel crucial en aquella histórica exhumación.

-¿Por qué se interesó por la figura de Irurita?

-A principios de los 90, vi por la calle una placa: "Carrer del Bisbe Irurita". Yo no tenía ni idea de quién era y me sorprendió porque mis primos se apellidan Irurita y no es demasiado frecuente. Mis padres me lo contaron: era obispo de Barcelona, lo mataron en la guerra y éramos familia política.

-¿Qué interés tenía en identificar los restos?

-Es muy complejo, sobre todo por la polémica sobre su muerte: aunque lo fusilaron en el 36, hay quien dice que en el 39 seguía con vida. Yo quería conocer la verdad por tres motivos: primero, porque se había puesto en marcha un proceso de beatificación y hace ilusión poder ver un santo en la familia. Segundo, por mi interés científico como investigadora médica que soy. Y, finalmente, para aclarar la cuestión política.

-¿Se refiere a borrar los vínculos con el franquismo que le atribuyen?

-Más que borrar, me interesaba la justicia. Que era integrista en términos religiosos, seguro. Pero, tal y como me explicó el historiador Solé i Sabaté, no hay evidencias de anticatalanismo por parte de Irurita. Si lo fuera, la primera que querría saberlo sería yo. 

-Intuyo que estas polémicas han afectado al proceso de beatificación.

-Sí. Además, cuando llegó Franco, lo primero que hicieron fue pasarlo del nicho del cementerio de Montcada, donde lo fusilaron, a la catedral de Barcelona, donde está actualmente. Lo enterraron con mucha pompa, lo que automáticamente hizo que le pusieran la etiqueta de franquista. Aunque él era apolítico, todos se han apropiado de la figura de Irurita: los franquistas por apoderarse, y los otros por marcarlo como franquista.

-Al margen de la política, hábleme de la exhumación.

-La idea me la dio el catedrático de Medicina legal de la UB, el doctor Corbella. Y contacté con Etxeberria, que como forense estuvo brillante: sacó del maletín una pinza de cirujano y en un momento cogió la muestra. En aquel momento me puse a llorar como una loca de la emoción. Tras analizarse los restos, la tumba se cerró.

-¿Fue usted la única familiar presente?

-Sí. Intelectualmente me ha parecido muy interesante poder investigar sobre este tema, asistir a la identificación de los restos y conocer la Iglesia por dentro.

-¿Por qué cree que no se conoce mucho que fue la primera identificación por ADN en España?

-Porque lo único que les ha interesado es el morbo y echar leña al fuego. Si no hubiera habido una apropiación política, se conocería más y habría un interés real por el tema.

-¿En qué estado se halla hoy el proceso de beatificación

-Todavía no es beato. La cosa está parada. A día de hoy no está solucionado el tema: el proceso salió hacia Roma y ahora hay otro paso. Yo tengo la sensación de que hay algún interés oculto o miedo.

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-¿Qué ha aprendido?

-Que estoy del lado de la verdad científica, como Etxeberria, al que llegaron a criticar que identificara a un integrista. No se puede ir con una idea preconcebida.