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Esther Serrano: "Una mujer de Barcelona diría: '¿Pero tú llamas a eso libertades?'"

Ha hecho su proyecto final de máster sobre mujeres de Mexicali, en la frontera entre México y EEUU

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cmontanyes45201840 barcelona 25 09 2018 ester serrano ha hecho trabajo de volu180926180903 / ÁLVARO MONGE

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Mauricio Bernal
Mauricio Bernal

Periodista

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Su interés por "mejorar el mundo" la llevó a estudiar Magisterio y hacerse profesora de primaria. El mismo interés la ha llevado a cursar un Máster en Cooperación Internacional y Educación Emancipadora y a hacer su trabajo final en la candente frontera entre México y EEUU. Allí, en Mexicali, en el extremo norte de Baja California, ha estado un mes, estudiando la situación de la mujer en la frontera. La mujer mexicana en la frontera.

-Será la única que se habrá ido a México a hacer su trabajo final.

-Pues mire, la verdad es que a mí me gusta mucho irme, viajar. Ya había hecho voluntariado con la Fundació Educació Solidaria en Senegal y Guatemala, así que me puse en contacto a ver si de nuevo podía hacer algo con ellos, y de paso para el máster.

-Centrado en el tema de la mujer.

-Sí, estudiando me di cuenta de que es un tema del que creemos saber mucho, cuando en realidad hay situaciones que desconocemos por completo. Así que me dije: "Voy a conocer una de esas situaciones". Pensé que Mexicali podía darme pautas sobre la mujer mexicana y latinoamericana en general.

-Me imagino que se documentó antes de viajar. ¿Con qué idea iba?

-Iba con la idea de una mujer dominada por el sistema patriarcal, sumisa, con poco poder de decisión, de pensamiento, de todo. Muy oprimida, vamos.

-¿Y? ¿Con qué se encontró?

-Me encontré un poco con lo que me esperaba. Un poco no, ojalá fuera un poco: bastante, mucho. Necesitar a un hombre para ser alguien es algo que tienen bastante interiorizado. Tienen tan naturalizada esa forma de ser mujer que no eran capaces de ver que al explicar su situación explicaban una situación de discriminación. "Tú eres tú y yo soy yo –parecían decir– pero yo no estoy mal". Había una resistencia a reconocerlo.

-No es un problema menor.

-Pero al mismo tiempo te das cuenta de que ellas a su manera ejercen sus libertades. Libertades, eso sí, que una mujer de Barcelona con estudios diría: "¿Pero tú llamas a eso libertades?" Todo depende del contexto.

-¿Por ejemplo?

-Pues por ejemplo la libertad de educar a sus hijos como ellas quieren, aunque solo sea porque el padre está ausente. O como trabajar en proyectos comunitarios, decir: "Dos, tres horas al día me despreocupo del hogar y me voy a hacer trabajo comunitario".

-¿Qué tipo de trabajo?

-Pues dado que la iglesia tiene allí el peso que tiene, muchas hacían catequesis. También conocí a una mujer que hacía terapias matrimoniales.

-¿Me está hablando de un fenómeno mayoritario o de algo marginal?

-Por desgracia es un pequeño porcentaje.

-¿Qué otros problemas encontró?

-Encontré que hay graves problemas de alcoholismo y drogadicción, sobre todo entre los hombres. Pero claro, quienes cargan con eso, quienes sufren las consecuencias son ellas.

-Cuénteme, ¿cómo trabajó allí, sobre el terreno?

-El proyecto consistió en hacer talleres participativos aprovechando la red que ya tiene la fundación allí. Quería abrir un espacio para que las mujeres se desenvolvieran como mujeres. Eran unos talleres enfocados al empoderamiento, a mostrarles que tienen potencial para ser felices como ellas quieran.

-Supongo que estamos hablando de mujeres de extracción humilde.

-Sí, claro. Trabajé con mujeres de Ladrillera, Ciprés, Dorado y Calasanz, que son colonias de un perfil socioeconómico muy bajo.

-¿Y la seguridad? Es una zona compleja.

-Hay mucha sensación de inseguridad. Se vive con miedo.

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-¿Cómo se empieza a arreglar una situación como esta?

-La gran pregunta. Ahora mismo hay proyectos en marcha para ayudar a la mujer a salir de esta situación… No voy a decir "que sufren" porque eso es victimizarlas. Que pasan: la situación por la que pasan. No quiero que quede la sensación de "pobrecitas mujeres".