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Berta Lázaro: «Volví de EEUU con el aliento del 'yes we can'»

Cree en la transformación del entorno físico, social, económico y cultural con educación alternativa y participación ciudadana. Es socia fundadora de Teamlabs Barcelona

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jcarbo42650263 berta lazaro180404124810 / JOAN CORTADELLAS

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Carme Escales
Carme Escales

Periodista

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Escuelas sin muros ni libros, donde los alumnos trabajan por proyectos y no hay más examen que el descubrir el mejor talento y capacidades individuales. Así encarrilan ya su futuro muchas infancias, desde dentro hacia su entorno local que redundará, saben, en el más global. Todo eso ya sucede, en el norte de Europa y en el sur. Como luces en el firmamento los cambios en la educación brillan e iluminan. Berta Lázaro (Bilbao, 1978) cree, además, que en todo momento vital hay lugar para liderar cambios así. 

–¿Desde dónde emerge su mirada global del mundo, la sociedad, las ciudades? Mi padre, que es arquitecto, me enseñó a mirar hacia arriba, a fijarme en los detalles como parte del conjunto. Así fui descubriendo que la arquitectura te ayuda a entender el mundo. Pero una arquitectura desde el enfoque humanista, no desde el ego y la autoría, sino desde las necesidades de la ciudadanía, el territorio y el medioambiente.

–Dependerá siempre del arquitecto. Cada uno desde su profesión. Yo lo aprendí desde la arquitectura, la carrera universitaria que elegí estudiar. Era muy consciente de que detrás de edificios y parques había una mente pensando y diseñando, y yo sentía ganas de formar parte de las cosas.

–¿De qué se alegra por haber sido parte? De proyectos creativos de participación ciudadana. Después de hacer arquitectura, hice un máster en jardinería y paisaje, me pasé al espacio público. Me interesaban más las infraestructuras verdes. Y luego, en Berkeley hice otro de diseño urbano. Aquí el urbanismo está más asociado a las leyes, pero en Estados Unidos gracias a ese máster de diseño urbano entré con contacto con esos proyectos de comunidad.

–¿Cómo? El diseño colaborativo consiste en, pongamos por caso un barrio como La Mina en Barcelona. Reúnes a una docena de chavales del barrio y que planeen el barrio que les gustaría tener para su comunidad: parques, escuelas... Así se ordena el territorio en función de necesidades reales, haciendo partícipe a la gente con sesiones de ellos solos y luego con los políticos locales.

–¿Y eso se hace realmente o solo como prácticas o trabajos universitarios? Es, por ejemplo, lo que mueve a la cooperativa de urbanismo ciudadano Ph+, con sede en Bilbao. La montamos para implementarlo tres mujeres arquitectas que habíamos regresado de estudiar y trabajar en el extranjero. Al menos yo, personalmente, volví de EEUU con el aliento del 'yes we can'. En el 2008, estábamos ya en la crisis, y yo veía un mogollón de oportunidades. Veía la fuerza en las maneras de hacer desde abajo hacia arriba y con trabajo en red.

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–Ahora lo promueve como socia fundadora de TeamLabs Barcelona [www.teamlabs.es], una universidad sin profesores, donde se aprende haciendo, se emprende en equipo y se viaja para saber más. ¿De dónde han importado su método? Lo descubrimos en el grado LEINN (Liderazgo, Emprendimiento e Innovación) que imparte la Universidad de Mondragón. Se inspira en innovadoras dinámicas educativas de Finlandia. Desde el primer curso, los alumnos crean una empresa real, diseñan y desarrollan productos y servicios reales, trabajan con clientes reales, y deben facturar, demostrar que su proyecto es viable y sostenible económicamente, y los beneficios permiten superar el curso, entre otras cosas. No hay profesores, sino entrenadores, y las aulas son espacios de coworking.

–Aprender en equipos de autoempleo. Hay que reinventar la empresa, montar redes, y no dejar de aprender: 'live long learning'. Yo he dejado las empresas cuando he sentido que dejaba de aprender. El aprendizaje está en el centro de todo lo que hacemos y nos pasa. Y es la gente común quien hace lo extraordinario.