GENTE CORRIENTE

«En la casa de muñecas proyectas lo que no tienes»

La abogada Montse Vives es capaz de defendera un menor de una banda latina y de construir una casa Tudor a escala 1/12

zentauroepp37487359 barcelona  28 2 2017  contra  montse vives en su casa  con a170304193703

zentauroepp37487359 barcelona 28 2 2017 contra montse vives en su casa con a170304193703 / CÉSAR CID

2
Se lee en minutos
Núria Navarro
Núria Navarro

Periodista

ver +

Es abogada. Especialista en derecho penal. Defensora de causas en las antípodas de la de Urdangarin. Pero hay en Montse Vives (Barcelona, 1973) una cara oculta, «casi una enfermedad»: las casas de muñecas. Las colecciona, las construye y hasta organiza una feria de miniaturas el próximo fin de semana, en el Hotel Catalonia Plaza Catalunya. La letrada abre una coqueta mansión plantada en su salón –en la foto, a su espalda– y aparecen a escala 1/ 12 su marido en la cocina, de pie, tomando una taza de café; su hijo, jugando con un dinosaurio en la planta alta, y ella, en el taller. Es como si los tres hubieran tomado el brebaje de Alicia. 

–¿Ha consultado esto suyo con algún especialista? [Ríe] Admito que hay en mí un punto obsesivo compulsivo y... cierto afán de control. Mientras en el derecho no cuadra nada, en la casa de muñecas lo controlas todo. También tiene algo de la caja de arena, hay cosas ocultas que salen. Cuando empecé a construir esta, estaba en tratamiento de fertilidad –al final recurrimos a la adopción– y la primera habitación que decoré fue la infantil.

–Es una afición algo inquietante. A mí no me lo parece. En ellas proyectas lo que no tienes a escala real. Y quizá porque soy hija única, necesito un espacio propio. Soy feliz el día en que puedo encerrarme tres horas a trabajar con telas, maderas y pinturas, a modelar y electrificar –recuperé los apuntes de Física de BUP para conseguirlo–, a empapelar  y tapizar. Es mi paraíso.

–¿No jugó con muñecas cuando le tocaba? Sí, sí. Esta afición empezó en 1996. Estaba estudiando oposiciones cuando vi en un quiosco el primer número de la revista Miniaturas. La abrí, vi una reproducción de la biblioteca del monasterio de Strahov de Praga, vi la Habitación Cisne, y pensé: «¿Pero qué es esto?». Empecé por reproducir la Habitación Cisne, complicadísima, y supe que había encontrado lo que me apasionaba.

–¿Tanto como para pensar en dejar la toga? De momento, tengo una tienda on line (www.materialesparaminiaturas.es) en la que distribuyo materiales que he visto en ferias de Milán, de Londres.

–Habrá pocos como usted en Barcelona, ¿no? Somos una quincena de fanáticos. Dos de ellas y yo montamos la feria de Barcelona. Este año, entre los 26 expositores, vienen  unos ingleses especialistas en libros a escala perfectamente legibles y cosidos a mano, y una especialista en punto de cruz.

–¿Punto de cruz en miniatura? ¿Trabaja con microscopio? Pues hay artesana inglesa que es capaz de hacer 25 puntos en un milímetro.

–¿Tiene alguna especialidad la letrada? Me gustan mucho los pájaros, incluso en el patio de casa doy de comer a tórtolas, mirlos, currucas y colirrojos. Hago pájaros con plumas e hilo de bordar.

–Menuda paciencia. No valoro que tenga especial paciencia. Me lo paso bien y punto. 

–¿Qué ansía tener? Alguna casa de los ingleses Kevin Mulvany y Susie Rogers, que han fabricado una casa de alta costura de cuatro plantas más  buhardillas para un miembro de la familia real de Catar, quizá el mayor coleccionista del mundo. El edificio vacío ya cuesta unas 100.000 libras. ¡Es la perfección absoluta!

Noticias relacionadas

–Un capricho apto para jeques. También me gustaría tener alguna pieza de David Iriarte, un ebanista de Sos del Rey Católico, insultantemente joven, que fabrica unos muebles maravillosos.

–¿Qué tiene lo pequeño? Lo pequeño es también la búsqueda de algo más grande que tú. La voluntad propia de los humanos de sentirse dios. Fascina por lo (casi) imposible.