Los ESTADOUNIDENSES ELIGEN AL DIRIGENTE DE LOS PRÓXIMOS cuatro AÑOS

Obama, al frente

Largas colas para votar en Fairfax, en el disputado estado de Virginia.

Largas colas para votar en Fairfax, en el disputado estado de Virginia.

RICARDO MIR DE FRANCIA

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El clima de polarización que ha dominado la vida política estadounidense en estos últimos cuatro años fue quedando anoche corroborado a medida que iban cayendo los resultados electorales en un lento goteo. Esos resultados predecían un desenlace ajustadísimo, aunque soplaban al cierre de esta edición a favor del presidente Barack Obama. No solo lideraba mínimamente en estados claves como Ohio y Florida, sino que las televisiones predijeron su victoria en los dos primeros dulces de la noche, Pensilvania y Nuevo Hampshire, dos estados donde Mitt Romney había depositado importantes esperanzas.

Las encuestas a pie de urna ofrecieron, además, datos bastante prometedores para el presidente, al arrojar una elevada participación de los negros y los hispanos, casi tres puntos más que hace cuatro años. En el caso de Ohio, el premio gordo de la noche, esos mismos sondeos mostraron un apoyo abrumador de su electorado a la política de rescate del automóvil, una de las variables decisivas en este estado industrial.

Pero la noche era larga y de infarto. En Florida, con el 85% escrutado, el presidente lideraba por cinco décimas, mientras en Virginia y Carolina del Norte, feudos conquistados por Obama en el 2008, Romney llevaba cerca de tres puntos de delantera con un un porcentaje escrutado muy elevado.

REFERENDO A LA GESTIÓN / Una participación alta beneficiaba a Obama, para el que estas elecciones no solo son un referendo sobre su gestión sino también un termómetro para comprobar cuánto queda de aquella devoción que le demostró el país hace cuatro años. En el 2008, la participación fue del 62,9%, una cifra que los demócratas intentaron que por lo menos se mantuviera.

Con un desenlace que se prevé tan apretado, las dos campañas ni siquiera se detuvieron ayer. Después de votar en Belmont (Massachusetts), Romney explicó que si la contienda se acaba decidiendo por unos centenares de votos aquí y allá no podría perdonarse haberse quedado el último día sin hacer nada. «Me voy a asegurar de que nunca tendré que mirar atrás a esta campaña con nada más que orgullo y satisfacción», dijo en una entrevista a la radio. El republicano se dirigió a Ohio, donde le esperaba su candidato a la vicepresidencia, Paul Ryan, quien votó en Wisconsin.

Ambos se cruzaron en el aeropuerto de Cleveland con el demócrata y vicepresidente Joe Biden, lo que demuestra la importancia que ambas campañas concedían a este estado del Medio Oeste. Sin ganar allí, los conservadores nunca han llegado a la Casa Blanca, de modo que es posiblemente el trofeo más codiciado de esta contienda.

Su viaje no acabó allí. Ryan se fue más tarde a Virginia, donde Obama había recuperado unas décimas de ventaja, mientras Romney se fue a Pensilvania, un estado de tendencia demócrata donde las encuestas se han ido estrechando hasta el punto que los republicanos pensaban que podrían dar allí la campanada y ganar los 20 votos electorales que están en juego, un premio importante. Pero ese estado cayó anoche en el lado demócrata.

NORMALIDAD/ Por todo el país la jornada transcurrió con bastante normalidad, pese al trastorno que experimentaron muchos votantes en Nueva Jersey y Nueva York, donde la devastación de la tormenta ha obligado a trasladar algunos colegios electorales o a utilizar generadores. Pero el miedo de muchos era que los cambios de leyes y plazos en algunos estados respecto al voto provisional (el que se emite sin la identificación necesaria) y el voto por correo pueda retrasar los resultados finales y desatar algunas batallas legales. Ambos bandos se han armado con ejércitos de abogados, situándolos en las circunscripciones clave para estar atentos a posibles irregularidades.

Durante la mañana, Obama visitó una de las oficinas de su campaña en Chicago y pasó un buen rato llamando a votantes y felicitando por teléfono a sus voluntarios en Wisconsin. «Estamos seguros de que tenemos los votos para ganar, aunque al final dependerá de si la gente sale a votar», dijo el presidente después de felicitar educadamente a Romney por su «enérgica campaña». Obama concedió entrevistas a varias emisoras locales de Colorado, Florida, Iowa, Nevada y Ohio. Por la tarde, disputó un partido de baloncesto con amigos y gente de su campaña y una exestrella de la NBA, Scottie Pippen. Ganó de 20 puntos. Un buen presagio.