REACCIONES SOCIALISTAS

Montilla aplaza su renuncia al frente del PSC al próximo congreso del partido

NEUS TOMÀS / Barcelona

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José Montilla, tras obtener 28 diputados, el peor resultado del PSC en toda su historia, renuncia a seguir liderando el partido. Se va, aunque no todavía. Él y su reducido equipo, el mismo que lleva controlando el PSC desde hace 16 años, se quedará a gestionar el proceso de las elecciones municipales, previstas para mayo. Después se celebrará un congreso extraordinario en el que se hará efectiva una renovación cuyo alcance, en estos momentos, nadie se atreve a adelantar.

"Hemos perdido las elecciones, pero nuestras convicciones no han sido derrotadas", ha afirmado Montilla rodeado, entre otros, por Celestino Corbacho, Montserrat Tura, Carme Chacón, José Zaragoza y Miquel Iceta. No estaba (tampoco se sabe si se le esperaba) Antoni Castells.

El candidato socialista ha subrayado que el PSC deberá impulsar "cambios intensos". "Lejos de nostalgias e inercias", ha añadido en clave interna. La dirección del partido ya hace días que tenía claro que el PSC iba a perder las elecciones. La duda estaba en si conseguiría evitar la mayoría absoluta de CiU o si la victoria de Artur Mas sería un paseo triunfal. Confiaba en que una buena participación le ayudaría.

Pero ni así. Al final se ha cumplido la ley de Murphy. El viceprimer secretario y portavoz, Miquel Iceta, compareció solo cinco minutos después de cerrarse los colegios electorales para admitir ya la derrota. Después de que un individuo con síntomas de embriaguez le lanzase un huevo, el portavoz asumió que en el resultado han influido "errores propios".

El aviso

Destacados alcaldes comunicaron semanas atrás al núcleo duro del partido que, pasase lo que pasase en las autonómicas, no estaban dispuestos a tolerar una batalla interna a solo unos meses de las municipales. Pero, claro, eso era antes de conocer la magnitud de la debacle. Capítulo aparte es la ciudad de Barcelona. Jordi Hereu ha escuchado atentamente el discurso de Montilla, mientras un integrante de su equipo comentaba que este resultado permite blindar al actual alcalde barcelonés en el pulso que mantiene con la dirección.

El todavía president no ha aclarado si su intención es ejercer como jefe de la oposición en el Parlament hasta después del congreso del partido o si optará por otra alternativa. Se ha limitado a proclamar que actuará pensando en los votantes y militantes socialistas y que lo hará en "el lugar que corresponda". En la noche electoral ya se escuchó a algún dirigente reclamar en privado celeridad en las decisiones con el argumento de que no se puede mantener al partido en la incertidumbre. De todas formas, el núcleo duro del PSC no quiere precipitarse. "Se hará todo de forma ordenada", ha explicado a este diario uno de los responsables de pilotar la transición hasta el congreso que, inicialmente, no debía celebrarse hasta dentro de dos años.

Llamada al Majestic

Antes de comparecer ante la prensa y los pocos militantes que se acercaron a la sede socialista, Montilla ha llamado a Artur Mas para felicitarle. Después, el candidato del PSC ha explicado que su partido, en coherencia con lo que ha defendido en la campaña, colaborará con el nuevo Govern para tratar de encontrar una salida a la crisis. ¿Hasta dónde arrimará el hombro el PSC? De momento es una incógnita. Dependerá también de cómo gestione CiU la victoria.

Montilla ha hecho historia dos veces. La primera cuando consiguió ser el primer presidente de la Generalitat nacido fuera de Catalunya. La segunda, en estas elecciones, cuando ha hecho buenos los 33 escaños que Joan Reventós obtuvo en las autonómicas de 1980.