Valonia mantiene el pulso y anuncia que no firmará el viernes el CETA

El futuro del acuerdo comercial con Canadá amenaza con enturbiar la cumbre de líderes de la UE

Contrarios al CETA se manifiestan contra el acuerdo, ayer en Múnich.

Contrarios al CETA se manifiestan contra el acuerdo, ayer en Múnich.

SILVIA MARTINEZ / BRUSELAS

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El ultimátum dado por la Comisión Europea a Bélgica este pasado martes durante el consejo extraordinario de ministros de comercio para que mueva ficha y firme el Tratado de libre comercio con Canadá (CETA en sus siglas en inglés) no ha hecho mella en el gobierno valón que mantiene su negativa al pacto y exige una renegociación del contenido para tener en cuenta sus preocupaciones. "No podemos firmar de aquí al viernes. No es razonable y hay que decir claramente las cosas", sostiene su ministro presidente, el socialista Paul Magnette. La polémica amenaza con enturbiar la cumbre de jefes de estado y de gobierno de la UE que arranca este jueves en Bruselas.

Los 28 tienen previsto mantener un debate sobre la política comercial europea durante la segunda jornada de trabajo, el viernes, y previsiblemente ese será el momento de hacer balance entorno a la situación del CETA. Fuentes diplomáticas auguran que será una discusión corta porque el primer ministro belga, Charles Michel, es partidario del acuerdo aunque su gobierno no puede aprobarlo simplemente porque el parlamento regional de Valonia no ha dado su visto bueno y tiene competencias en materia comercial.

A juicio de Magnette, lo que la Unión Europea debería hacer es evitar la confrontación y retrasar "sine die" la cumbre entre la Unión Europea y Canadá, prevista para el 27 de octubre y organizada con un objetivo: firmar el acuerdo en presencia del primer ministro canadiense, Justin Trudeau. "Nos podemos dar algunas semanas o algunos meses para analizar los problemas de unos y otros”, insiste rechazando el ultimátum de “tres días".

"Pedir un aplazamiento de meses o reabrir las negociaciones entre los Estados miembros y Canadá solo puede obtener una respuesta negativa. La negociación está terminada. Solo se me ocurre que Tusk (el presidente de la UE) invite a Magnette al Consejo Europeo", ironiza un diplomático de uno de los grandes países de la UE. "Ahora solo faltaría que a cualquier región que cree problemas la traigamos aquí", añade otro insistiendo en que se trata de un problema exclusivamente belga.

La decisión, en todo caso, no recae en los jefes de estado y de gobierno de la UE sino en los ministros del ramo con lo que ninguna delegación espera avances durante la cumbre y se dan de margen hasta el lunes para desencallar un acuerdo que si no sale será "un golpe serio" a la credibilidad de uno de las pocas políticas bajo responsabilidad de Bruselas.

¿DECISIÓN PARA EL LUNES?

"Si hay un acuerdo general será por procedimiento escrito el fin de semana o el lunes el lunes. No hay diferencia entre el viernes por la noche y el lunes", explican desde una de las delegaciones, pero "si el lunes por la mañana no hay acuerdo el primer ministro Trudeau no vendrá", insiste otro diplomático. "Es importante que pase y nuestros servicios trabajan en ello", aseguraba este miércoles el vicepresidente de la Comisión, Jyrki Katainen.

Además de BélgicaBulgaria y Rumanía también mantienen sus reservas al nuevo tratado comercial aunque en su caso no se debe al contenido del acuerdo sino al hecho de que Canadá sigue exigiendo visado a sus nacionales para entrar en el país. Y, si no cambian las cosas, el gobierno de Bucarest ya ha advertido por medio de su secretario de estado de exteriores que no podrán apoyar los trámites para permitir la firma y la aplicación provisional del acuerdo.

DEBATE SOBRE POLÍTICA COMERCIAL

Más allá del CETA, los 28 sí aspiran a mantener un debate en profundidad sobre el futuro de la política comercial europea y los instrumentos de defensa que según el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se han mostrado insuficientes para defender los intereses europeos y combatir la competencia desleal. "Es una cuestión que divide y no esperamos llegar a un consenso a nivel de Consejo Europeo", admite un alto cargo del Consejo. “Pero es urgente en el contexto de las discusiones sobre el estatus de economía de mercado para China", añade.