Una trampa cara para Volkswagen

El Gobierno de EEUU acusa a la marca alemana, cuyas acciones se desplomaron este lunes, de utilizar un 'software' para falsear las emisiones de sus motores diésel

Un operario de Volkswagen examina un motor diésel en la planta de la firma en Salzgitter (Alemania).

Un operario de Volkswagen examina un motor diésel en la planta de la firma en Salzgitter (Alemania). / jst fdt kre jak UW

RICARDO MIR DE FRANCIA
WASHINGTON

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Las acciones de Volkswagen se desplomaronVolkswagen  el lunes un 18% en la bolsa alemana ante las potenciales repercusiones del escándalo al que se enfrenta en Estados Unidos. Los reguladores estadounidenses han acusado al mayor fabricante de coches de Europa de instalar un software en sus modelos diésel para falsear los niveles de gases contaminantes que emiten sus motores. Ese ardid le ha obligado por el momento a retirar del mercado 482.000 Volkswagen Audi. La marca alemana se enfrenta a una multa potencial que podría alcanzar los 18.000 millones de dólares. Todo un desastre para la ingeniería alemana, que lleva años buscando sin éxito la fórmula para triunfar en EEUU.

La Agencia de Protección Medioambiental (EPA, de sus siglas en inglés) estadounidense dijo el viernes que VW ha instalado en algunos de sus coches un programa de software que les permite detectar los controles de emisiones. Solo entonces se activa el plenamente sistema para reducir la contaminación, pero el resto del tiempo sus vehículos desprenden hasta un 40% más de la polución permitida por las leyes del país. «Utilizar un artefacto engañoso en los coches para evadir los estándares del aire limpio es ilegal y una amenaza para la salud pública», dijo la EPA la semana pasada en un comunicado. A la acusación se ha sumado también la agencia medioambiental de California.

Estas presuntas irregularidades afectan a los modelos de Volkswagen Jetta, Golf y Beetle fabricados desde el 2009, además de a los Passat posteriores al 2014 y los Audi 3 lanzados entre el 2009 y el 2015. Todos ellos, con motor diésel de cuatro cilindros, tendrán que ser revisados por las autoridades.

El diésel contamina más que la gasolina, pero la marca alemana había basado parte de su estrategia para crecer en el mercado estadounidense en la promesa de un «diésel limpio», con motores más eficientes y menos contaminantes, según el Wall Street JournalVW compite con Toyota por el título de mayor fabricante de coches del mundo. En los ocho primeros meses del año vendió 238.000 vehículos en EE UU, muy lejos del 1,15 millones de la compañía japonesa.

El escándalo ha atraído la atención de las autoridades regulatorias europeas y no se descarta que puedan abrir su propia investigación. «Sería prematuro comentar sobre si serían necesarias medidas inmediatas y específicas de supervisión en Europa o si los vehículos vendidos por Volkswagen en Europa también están afectados», dijo ayer una portavoz de la Comisión. «Pero nos tomamos el asunto muy seriamente».

Desde la compañía germana, su consejero delegado hizo un acto de contricción y se comprometió a esclarecer lo sucedido. «Lamento profundamente que hayamos roto la confianza de nuestros clientes y el público», dijo el domingo Martin Winterkorn. «VW ha ordenado una investigación externa sobre el asunto». El Gobierno alemán quiere respuestas sin dilación. El ministro de Economía, Sigmar Gabriel, advirtió de que el presunto fraude podría poner en peligro la reputación de toda la industria del motor alemana.

Para el analista David Bailey, el golpe para VW es severo. «Están retirando coches, podría afectar a su reputación y se enfrentan a multas potenciales de miles de miles de millones», declaró a The Guardian David Bailey.