+INNOVACIÓN

Una sola tarjeta para moverse por Catalunya

El billete 'contactless' T-Mobilitat de ATM, que también podrán usar los turistas, generará millones de datos que servirán para mejorar el sistema

TRANSPORTE PÚBLICO. La estación de Catalunya, del metro de Barcelona.

TRANSPORTE PÚBLICO. La estación de Catalunya, del metro de Barcelona.

JOSEP M. BERENGUERAS

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No debe de ser fácil para un turista llegar a Barcelona y descubrir que hay hasta 84 modalidades de títulos de transportes para viajar en metro, bus, tren, Ferrocarrils, tranvía... Sin embargo, el próximo año comenzará definitivamente el proyecto T-Mobilitat, un cambio radical en el transporte de Catalunya que sustituirá los billetes actuales, que pasarán a concentrarse en una sola tarjeta sin contacto prepago que servirá para todos los desplazamientos.

La T-Mobilitat, cuyo nombre comercial está por definir, será una tarjeta inteligente con chip que servirá para acceder al transporte público acercándola a un lector (contactless). Los usuarios la podrán cargar con saldo y, cada vez que cojan el transporte público, se les retirará el equivalente a ese trayecto. «Hay que olvidarse de los actuales títulos. Con la T-Mobilitat será más equitativo pues el usuario viajará más barato cuantos más viajes haga. También propondremos una zonificación diferente», explica a este diario Josep Anton Grau, director general de la Autoritat del Transport Metropolità (ATM). O lo que es lo mismo: el billete calculará qué modalidad conviene a cada usuario según los viajes que realice, las zonas... «Será tanto para ciudadanos como para los visitantes. Nos imaginamos un turista que la compra en el aeropuerto, la recarga, y no tiene que preocuparse de nada más. Y cuando se marcha puede recuperar el saldo», añade.

REFERENTE

«Es el proyecto más avanzado que existe de este tipo, estamos exponiéndolo en muchos foros internacionales porque supone situar a Catalunya como referente mundial», señala el directivo, quien añade que es «el mejor ejemplo» de Barcelona como capital mundial del móvil. El argumento es que hay otras ciudades con tarjetas recargables, pero que T-Mobilitat quiere ir mucho más allá: combinarse con otros elementos, ser parte de la smart city.

Alrededor del nuevo sistema se constituirá el Centre de Gestió de la Informació del Transport, en el que se tratarán los millones de datos que se generen con estas tarjetas, que permitirán saber las horas puntas, los trayectos más usados, transportes preferidos... Todo, en tiempo real. «Ahora se procesan 1.000 millones de transacciones al año. Con el nuevo sistema se multiplicarán exponencialmente», explica Carme Fàbregas, directora de tecnología de ATM. Esos datos servirán para configurar una mejor red de transporte y emitir alertas («la información al instante es una de las bases de la iniciativa», dice Grau), reaccionar en casos de imprevistos, refuerzos...

La T-Mobilitat no solo quiere estar conectada con el metro, buses o trenes, sino con el Bicing, los párkings... y casi todos los elementos de una ciudad inteligente. «Gracias a los datos que se generen y las situaciones concretas, se podrá bonificar el uso del transporte en ciertas situaciones», expone Grau. Por ejemplo, un día de contaminación alta, se puede avisar a los usuarios a través de sus móviles de que ese día el transporte público es más barato y que, en cambio, los párkings públicos y peajes suben de precio.

La idea de la ATM es lanzar en paralelo la app para móviles con NFC que permita realizar las mismas funciones. Todo, acompañado de una campaña para explicar a los ciudadanos cómo será este sistema. A finales del 2016 llegará a los primeros usuarios, y durante el 2017 convivirá con las actuales tarjetas. En el 2018, se quedará como método de validación único. «En el futuro, por qué no, queremos que se pueda usar para coger otros transportes como el AVE, incluso el transporte público de otros países», concluye Grau.