Encuentro en el IESE

Una industria en manos del consumidor

Mauricio García de Quevedo, José María Bonmatí y el responsable de la jornada sobre alimentación en el IESE, Adrián Caldart.

Mauricio García de Quevedo, José María Bonmatí y el responsable de la jornada sobre alimentación en el IESE, Adrián Caldart. / periodico

Eduardo López Alonso

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La revolución digital impacta con su onda expansiva al sector de alimentación y bebidas. El primer sector industrial español no duda en pedir al Gobierno medidas que favorezcan su expansión ante el cúmulo de amenazas que pueden desestabilizarlo. El director general de la Federación Española de Alimentación y Bebidas (FIAB), Mauricio García de Quevedo, reclamó este martes en Barcelona más atención por parte de la Administración para facilitar una mayor concentración que le ayude a competir y a crecer en el actual mercado global. El sector no cuenta con ninguna gran compañía en la lista de las 50 mayores a escala mundial. 

La amenaza de Amazon

El lamento lanzado públicamente en el tradicional Encuentro de Alimentación y Bebidas de la escuela de negocios IESE tuvo más tintes de advertencia que de urgente petición de ayuda, pero el panorama de incertidumbre y de oportunidad domina los mentideros del sector. La agenda política está lejos de los desasosiegos del capital inversor ante el reto de los Amazon de turno que amenazan con cambiarlo todo. "La digitalización lleva a una desintermediación acelerada que puede suponer desequilibrios en la industria y la distribución de alimentación", augura García de Quevedo.

Confianza distribuida

El dibujo de lo que viene, que en las mismas jornadas realizó el presidente de la asociación multisectorial AECOCJosé María Bonmatí, abonó todavía más las sensaciones de ineficiencia de las empresas del auditorio: "El concepto de confianza ya no emana de las instituciones ni de las organizaciones. Está distribuida. Estamos en una etapa de creciente empoderamiento del consumidor, por lo que por muy grande que sea el distribuidor no se asegura su cuota de mercado", explicó Bonmatí. 

Transparencia en precios

Y es que aunque el sector de la alimentación aporta 12.000 millones de euros de superávit a la balanza comercial y factura cerca de 100.000 millones de euros las alternativas de transformación son elevadas. "La transparencia en precios que aporta internet obliga a cambiar modelos de negocio por la presión en los márgenes", añade Bonmatí. Por eso las cadenas de distribución modifican sus estrategias comerciales; los 'hard dicount' parecen tiendas de lujo, el supermercado se acerca a tienda de conveniencia, el hipermercado profundiza en descuentos y la tienda de conveniencia se convierte en vendedor 'on line'. El batiburrillo de la distribución arrastra a unos fabricantes que se quedan sin armas para competir, pocos canales de distribución masivos y menos poder para definir sus estrategias de márketing. La revolución digital lleva cada vez más al comercio de conveniencia. El consumidor quiere aquí y ahora. 

Cadenas locales

Mientras la patronal de fabricantes pide herramientas para fomentar la concentración, la realidad es que las cadenas locales siguen dominando sus territorios. Quizá por ello, ayer los encuentros bilaterales tenían esa tesitura. Cadenas de éxito como Ametller discutían con discreción el secreto de su crecimiento con Eroski; la multinacional india de distribución de fruta Fruitfal lanzaba propuestas de colaboración para internacionalizar la producción a través de su cofundador Viresh Prashar, o Alberto Benbunan, de Delsúper, recordaba la importancia de innovar en la distribución para reactivar un sector necesitado de revulsivos. Benbunan considera que al final "todas las necesidades se concretan en la entrega de los productos", o se reparte rápido y en el momento deseado o se comprará en otro sitio. Producción, distribución y logística. Economía a examen del consumidor.