reorganización de una de las mayores empresas privadas

Repsol opta por colocar a Imaz como delfín de Brufau

Antoni Brufau (izquierda) y Josu Jon Imaz, ayer.

Antoni Brufau (izquierda) y Josu Jon Imaz, ayer.

AGUSTÍ SALA
BARCELONA

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el presidente de Repsol ya tiene delfín. Se trata de Josu Jon Imaz, actual director general del área industrial de la compañía y antiguo presidente del PNV. El consejo de administración de la petrolera aprobó ayer, a propuesta del presidente, Antoni Brufau, la recuperación del cargo de consejero delegado y el nombramiento de Imaz para el mismo. Desde el acceso de Brufau a la presidencia ejecutiva en el 2004, la compañía carecía de número dos.

Fuentes de la empresa, participada por CaixaBank, Sacyr y la mexicana Pemex, destacaron «la juventud y experiencia» del nuevo consejero delegado. Se trata, además, de un «hombre de la casa», resaltaron.

Imaz, de 50 años, es doctor en Químicas por la Universidad del País Vasco, donde obtuvo el premio extraordinario de fin de carrrera de su promoción. Forma parte del comité de dirección de Repsol, la élite directiva del grupo, desde el 2012. Bajo el cargo que ocupaba hasta ayer pilotó la modernización de la refinería de Cartagena, la mayor inversión de la historia española, con más de 3.100 millones de euros; y la construcción de una nueva planta de fuel en la refinería de Petronor en Muskiz (Euskadi), con más de 1.000 millones.

El nombramiento del consejero delegado contó con el aval de todo el consejo, con la excepción de Pemex. La mexicana mantiene su estrategia de oposición al presidente. La designación de Imaz forma parte de una «importante remodelación de la estructura» directiva. El objetivo es «liderar los nuevos retos y oportunidades de la compañía» tras el acuerdo de indemnización con Argentina por la expropiación de la filial YPF.

NUEVAS OPORTUNIDADES / La compañía se propone reforzar la gestión de todos sus negocios y áreas corporativas, de modo que disponga de «la mejor organización para generar nuevas oportunidades de crecimiento, tanto orgánico como inorgánico». Repsol destaca de la nueva estructura el mantenimiento de una de las «señas de identidad» de su cultura, que es la de «apoyarse en profesionales de la empresa, con amplia formación externa e interna, altamente cualificados, con gran conocimiento del sector energético y su entorno, y una visión compartida sobre los retos futuros de la empresa».

Brufau entiende que es «el momento oportuno» para encarar estos cambios. Tras solventar el conflicto con Buenos Aires con una compensación «adecuada», el grupo se encuentra en «posición óptima» para «una nueva etapa de expansión».

Imaz será también vocal de la comisión delegada en sustitución de Javier Echenique, quien fue nombrado vocal de la comisión de Estrategia. En la nueva estructura organizativa, habrá cinco áreas de reporte directo a Brufau, que serán la Fundación Repsol; la dirección de comunicación y presidencia dirigida por Begoña Elices; la dirección financiera de Miguel Martínez; la actividad de Luis Suárez de Lezo como consejero secretario general, y el nuevo cargo de consejero delegado, quien a su vez coordinará las grandes direcciones generales del grupo.

El consejo de administración  de la petrolera aceptó la renuncia como consejera independiente de Paulina Beato.