¿Se puede compartir la suegra?

Airbnb, Wallapop y Drivy constatan la combinación perfecta que forman la economía colaborativa y el móvil

La plataforma de alquiler de vehículos Drivy.

La plataforma de alquiler de vehículos Drivy. / periodico

AGUSTÍ SALA / BARCELONA

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"¿Hemos oído que se puede compartir la casa, el coche, las herramientas... qué será lo próximo, la suegra?" La pregunta la ha realizado uno de los asistentes al panel sobre economía colaborativa en el que han participado representantes de AirbnbDrivy Wallapop en el marco de 4 Years from Now (4YFN), certamen dedicado a 'startups' que se celebra a la vez que el Mobile World Congress (MWC) en Barcelona. Con esa broma pretendía saber si tiene límites este negocio entre particulares que crece de forma exponencial.

El fundador y máximo dirigente de la plataforma de intercambio de coches, DrivyPaulin Dementhon, ha asegurado que "cualquier cosa con la que sea más ventajoso compartir que realizar la transacción tradicional" para tener la propiedad es susceptible de formar parte de este negocio. Es algo en lo que han coincidido los otros participantes, Jeroen Merchiers, de Airbnb, y Edurne de Oteiza, responsable de operaciones de Wallapop.

El potencial de la economía colaborativa es evidente: unos 375.000 millones de dólares en todo el mundo, según un estudio de PwC que ha mencionado Lucía Hernández, de Ouishare, encargada de introducir el debate. Cada una de esta empresas ha experimentado un crecimiento muy rápido que, gracias al móvil, puede ser aún mayor.

COMPAÑÍAS TRADICIONALES

Y es que la combinación de economía colaborativa y móvil se ha demostrado como explosiva. Y también ha impregnado la actividad de compañías más tradicionales, como Ford, que ha creado un negocio de 'car-sharing' o Decathlon, que cuenta con un mercado en internet de intercambio de productos deportivos. Y solo son unos pocos ejemplos.

El representante de Airbnb ha asegurado que en el 65% de las reservas que se llevan a cabo a través de esta plataforma, que está presente en 191 países, interviene "algún componente móvil". Y sucede con las otras experiencias.

Algo que es común a todas ellas es que son modelos basados en la proximidad: comparto coche o compro o vendo algo de segunda mano con alguien que vive en mi barrio, sin colas, ni tener que ir muy lejos para llevarlo a cabo; pero a la vez exportables a nivel global.

Como muestra del rol que adquiere el móvil, Drivy, que aún tiene una presencia limitada en España con unos 1.000 coches suscritos, lanzará en breve una aplicación, Drivy Open, con la que se puede abrir e interactuar con el vehículo desde el 'smartphone'. Para Airbnb, "mientras haya gente que viaja, el móvil es la conexión con el mundo". Y se ha convertido en la herramienta imprescindible para desarrollar negocios basados en la economía colaborativa.

En todo caso, será necesario adaptar la regulación para que este tipo de actividades encaje en el marco legal. "Ya que es difícil que esta se avance a la realidad, al menos la normativa debe adaptarse a la realidad", según el representante de Airbnb. Una de las vías que se está explorando es la colaboración con los municipios y ayuntamientos, dado que los modelos de economía colaborativa más exitosos se basan en la proximidad.