Por el interés general ... de una parte

Que el interés general debe prevalecer sobre el de los partidos es uno de los mantras que más ha utilizado y utilizará Mariano Rajoy para mantenerse en el poder. El mismo argumento del bien común por encima de todo es también el que le sirve al PSOE para justificar su abstención, que no deja de ser un apoyo implícito a la continuidad de Rajoy, para permitir que su máximo oponente político (como mínimo en los eslóganes de las campañas electorales) no solo repita, sino que además acabe siendo uno de los presidentes investidos en el Congreso con menos votos en contra de la democracia después de Franco. Los problemas vendrán, o sería lógico que así sucediese, cuando se tenga que concretar en qué consiste este interés general o el bien común.

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Ya es difícil de entender que por el interés de España, el Gobierno esté liderado por los dos máximos dirigentes de un partido plagado de casos de corrupción en los juzgados (Rajoy, presidente del PP, y la nueva ministra de Defensa, Dolores de Cospedal, secretaria general del partido). Tampoco parece que se ajuste a la defensa del bien común que sigan al frente de la política económica en el nuevo Ejecutivo los responsables de la reforma fiscal y de la rebaja de impuestos fuera de tiempo que han evitado el cumplimiento de los objetivos de déficit público a los que se comprometió el Gobierno y que ahora costarán un nuevo ajuste de, al menos, 5.500 millones de euros.

Otra duda sobre la prioridad del interés general se personaliza en la continuidad de Fátima Báñez al frente del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, la misma persona que, durante su anterior mandato, ha permitido –al no promover ninguna medida para evitarlo- que la hucha de las pensiones se haya quedado prácticamente sin fondoshucha de las pensiones . A su favor es justo reconocer que muchas de las iniciativas que han reducido los ingresos de la Seguridad Social no las tomó ella, pero es igualmente cierto que poco hizo para paliar sus efectos negativos.

El PSOE, para el que, al menos hasta hace poco, consideraba que era de interés general derogar la reforma laboral, tendrá que lidiar este tema con la ministra responsable de esta normativa, y que también justifica no tocarla apelando al bien común. En este tema, los socialistas pueden contar con un aliado de última hora: las sentencias de los tribunales europeos que obligan a rectificar aspectos esenciales del corpus de la reforma. Aunque también es cierto que, dada esta circunstancia, el papel del PSOE pasa a ser secundario en un tema que podría permitirles marcar un poco su terreno. Al final, el interés general es solo el de una parte y se resume  en evitar otras elecciones anticipadas. Y que nadie dude que Rajoy lo usará como argumento tanto para mantener esta legislatura, como cuando decida finiquitarla.