Polémica en la Comisión Europea por la crítica a los Presupuestos

El ministro Luis de Guindos, ayer en Luxemburgo.

El ministro Luis de Guindos, ayer en Luxemburgo.

SILVIA MARTÍNEZ / LUXEMBURGO

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Era una decisión anunciada a voces pero de momento se tendrá que quedar en el cajón. La Comisión Europea desautorizó ayer al responsable político directo en la elaboración del dictamen sobre los Presupuestos de España para el 2016. El pasado lunes, tras la reunión del Eurogrupo, el socialista galo daba por hecho la aprobación ayer de un veredicto negativo y anunciaba que España incumpliría los objetivos de déficit público tanto en el 2015 como en el 2016. Ayer, el colegio de comisarios paralizaba la decisión.

«Hemos tenido un debate en el colegio de comisarios pero dado el poco tiempo para familiarizarse con los documentos se ha decidido que se necesita más tiempo para deliberar», anunció ayer el vicepresidente de la Comisión, Valdis Domvrovskis. «El proceso todavía está en marcha y esperamos que termine en los próximos días. Para evitar malas interpretaciones es importante que comuniquemos la sustancia una vez tengamos la fotografía completa, una vez que se apruebe la decisión», añadió sin aclarar si el problema de fondo es técnico o político.

Todo estaba preparado para la aprobación por procedimiento escrito del dictamen pero Moscovici terminó trasquilado. El socialista galo anunciaba de motu propio el pasado lunes, antes de la adopción formal de la decisión por parte del colegio, que la Comisión Europea pediría a España la ejecución estricta del Presupuesto del 2015, cambios en el borrador Presupuestos del 2016 que todavía están tramitando las Cortes y una actualización del proyecto inmediatamente después de la formación del nuevo Gobierno que salga de las urnas el próximo 20 de diciembre en el que incluir los datos de ejecución presupuestaria de las comunidades autónomas.

SOLIDEZ / Una explicación, se quejó el ministro Luis de Guindos, mucho más extensa de la que avanzó durante la reunión del Eurogrupo. Su mensaje lo corroboraba ayer, también de motu propio, su colega alemán, Wolfgang Schäuble, que se mostraba sorprendido por las palabras de Mosovici y defendía la solidez de los argumentos esgrimidos por su colega español. Incluso el presidente de turno del Ecofin, el luxemburgués Pierre Gramegna, insistía en las diferencias que separan a Bruselas y a España, tres y siete décimas, no son tan grandes. España cerrará el 2015, según Moscovici, con un déficit del 4,5%, frente al 4,2% prometido, y del en el 2016 del 3,5%, frente al 2,8%.

Divergencias derivadas de las diferentes previsiones de crecimiento que manejan unos y otros (España, del 3,3% este año y 3% el próximo; la Comisión, del 3,1% y 2,7%). «A veces aciertan y a veces se equivocan. En la tasa de crecimiento de España se equivocan», insistió Guindos. Lo mismo que defendió el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. «A partir de 2016 el déficit público estará por debajo del 3% del PIB de la regla de Maastritch», afirmó. «De hecho, a partir de ese año se registraría superávit primario. Es decir, los ingresos públicos excederían de los gastos si se descuentan los intereses de la deuda», añadió. Mientras, el portavoz del PP, Rafael Hernando, echó leña al fuego advirtiendo que el anuncio prematuro de Moscovici de obligar a España a revisar sus presupuestos se debe a su ascendencia política.