La payesía se levanta para que se ponga en valor su actividad

Toda actividad tiene un valor, y los payeses aseguran estar hartos de que la suya sea infravalorada por la sociedad y por las instituciones. Centenares de profesionales del sector han dicho basta y, coordinados por Unió de Pagesos, han decidido salir a la carretera para concentrarse el sábado en Barcelona y hacer sentir su voz más alto que nunca.

Pisar el asfalto no es trabajo para un tractor, que tiene su hábitat entre tierras y conreos, pero desde el jueves unos 300 tractores han circulado a su ritmo por las carreteras catalanas. Con su propio medio de transporte, el que les da de comer, los payeses han optado por reunirse y manifestar su malestar con la administración, que consideran que no ha hecho lo suficiente para defender su actividad, pero también con gran parte de la sociedad, que no los respeta.

“Estamos donde estamos por nuestros antepasados, nuestro presente y nuestro futuro, cuando se habla de un nuevo modelo de país tenemos que estar contemplados, si no se nos reconoce como un sector estratégico, este modelo de país nacerá cojo”, expresa Francesc Bancells, coordinador territorial en el Área Metropolitana de Barcelona de Unió de Pagesos. Según Bancells, la administración no siempre responde a las necesidades de un sector que ve como en muchas ocasiones las trabas vencen a la iniciativa empresarial.

BUROCRACIA

"La burocracia pone muchos impedimentos y es muy lenta, y a esto cabe añadir los recortes en ayudas y el poco interés en el relevo generacional”, explica Sadurní Tarrés, responsable de una explotación porcina con 50 hectáreas de tierras en Puig-reig (Berguedà). El problema del relevo generacional preocupa a un sector que ve como cada vez queda más gente en los pueblos, dada una migración constante al Área Metropolitana.

“Quedamos menos gente en los pueblos porque la gente prefiere hacer otras actividades, pero después, en fin de semana, viene mucha gente del Área Metropolitana a disfrutar del campo, y no siempre se respeta”, explica

Josep Rius, responsable de una explotación de Castellfollit del Boix (Bages). Este problema también se encuentra en la zona metropolitana, en emplazamientos como Gallecs, en Mollet del Vallès, un pulmón que mucha gente utiliza para el ocio: “La gente no puede hacer lo que quiere en la ciudad, si rompe mobiliario urbano debe pagarlo, pero el campo parece que sea de todo el mundo, y no es así, es de alguien que lo trabaja, y se merece un respeto”, apunta Vicenç Compte, con tierras en Gallecs.

Por todo ello, tractores de toda Catalunya pasarán la noche en concentraciones de Santa Perpètua de Mogoda, Badalona y Molins de Rei con la finalidad de emprender el viaje hasta Barcelona, llevando el campo a la ciudad para mostrar el malestar de un colectivo a menudo invisible para las instituciones.