galardón del Banco de Suecia

Oliver Hart y Bengt Holmström, premios Nobel de Economía del 2016

Ambos economistas han destacado en el campo los contratos en el entorno empresarial

Oliver Hart y Bengt Holmström.

Oliver Hart y Bengt Holmström. / periodico

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El Banco de Suecia ha otorgado el premio en Ciencias Económicas, conocido vulgarmente como premio Nobel de Economía, al británico Oliver Hart y al finlandés Bengt Holmström por sus trabajos en torno a las teorías de los contratos y como las normativas legales afectan a la actividad económica. 

Nacido en Gran Bretaña, Oliver Hart es ciudadano estadounidense y ha desarrollado su actividad académica principal en la universidad de Harvard. Doctorado en economía en la Universidad de Princeton en 1974 fue presidente del departamento de economía de Harvard del 2000 al 2003. Es miembro de la Academia Americana de Artes y Ciencias, de la Econometric Society, de la Asociación Americana de Finanzas, miembro correspondiente de la Academia Británica, y un miembro de la Academia nacional de Ciencias. Ha sido presidente de la Ley y Economía Asociación Americana y vicepresidente de la American Economic Association, y títulos honorarios. Es un experto en la teoría del contrato, teoría de la empresa, las finanzas corporativas, y el derecho y la economía. Su investigación se centra en el papel que la estructura de propiedad y los arreglos contractuales desempeñan en el gobierno y los límites de gestión de las grandes compañías. 

Bengt Holmström Robert (nacido el 18 de abril de 1949) es un economista finlandés profesor de Economía en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Doctorado en Stanford, ha ganado presitigio entre los economistas por sus trabajos en torno a la denominada teoría de la contratación y de los incentivos. También ha realizado trabajos en torno a las crisis financieras en el entorno empresarial. Holmström ha desarrollado trabajos relevantes en aplicaciones cuantitativas innovadoras en el campo empresarial. Fue miembro del consejo de administración desde 1999 de Nokia hasta el 2012. 

El premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel, también conocido como Premio Nobel de Economía, fue instituido en 1968 por el Banco de Suecia (Sveriges Riksbank), el más antiguo de los bancos centrales, para celebrar el tricentésimo aniversario de su fundación. El premio es gestionado por la Real Academia de las Ciencias de Suecia, que lo otorga anualmente en Noruega. Para completar las semejanzas con el premio real lo entregan en las mismas fechas que los Premios Nobel (excepto el de la Paz) y al igual que en los Premios Nobel, no puede repartirse entre más de tres personas en cada ocasión. El premio es sufragado por el Banco de Suecia y no por la Fundación Nobel, pero la cantidad es la misma que la atribuida a los premios Nobel. El galardón está dotado con 10 millones de coronas suecas.

HERRAMIENTAS PARA ESTABLECER RETRIBUCIONES

El comité destacó que ambos profesores han desarrollado "valiosas herramientas teóricas" para "entender los contratos en la vida real", así como los posibles problemas en su diseño. En concreto, argumenta el fallo del jurado, los galardonados han establecido un "marco comprensivo para analizar muchas cuestiones diversas en el diseño de contratos" para lograr que ambas partes cooperen en beneficio mutuo y no se generen "conflictos de intereses". Hart y Holmström han estudiado cuestiones como las retribuciones por rendimiento y objetivos a los ejecutivos, las deducciones y copagos en los seguros y la privatización de actividades propias del sector público (gestión de prisiones y escuelas).

Holmström ha ahondado en la optimización de los contratos incluyendo incentivos o elementos ligados al rendimiento para que el agente (el contratado) opere en beneficio máximo del principal (empresa). Así, ideó un modelo que apunta que el contrato óptimo busca el equilibrio entre los riesgos y los incentivos.

Hart realizó a juicio del comité "contribuciones fundamentales" en una rama de la teoría contractual, la de los contratos incompletos. Las aplicaciones prácticas de estos avances teóricos abarcan cuestiones tan diversas como qué tipo de empresas tiene sentido económico que se fusionen, qué proporción de financiación debe hacerse vía deuda y cuál a través de acciones, y que instituciones deberían ser gestionadas por el sector privado.

A juicio del comité, las contribuciones de ambos economistas han sentado "el fundamento" de un "fértil campo" de investigación en el área de la teoría contractual que puede tener aplicaciones desde la legislación sobre quiebras a las constituciones nacionales, entendidas como un contrato entre el Estado y los ciudadanos.