PERFIL

El mejor 'slot' de Heathrow

ALEX CRUZ Deja Vueling para aportar como nuevo consejero delegado de British Airway, cabecera del grupo IAG, su experiencia al frente de dos aerolíneas de bajo coste

Alex Cruz, durante una rueda de prensa de presentación de resultados de Vueling.

Alex Cruz, durante una rueda de prensa de presentación de resultados de Vueling.

MAX JIMÉNEZ BOTÍAS / BARCELONA

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En la actual travesía de la revolución tecnológica en la que también quieren enrolarse las grandes compañías aéreas, las palabras clave (key words -por usar un término relacionado con la nueva era-) con las que se define el relevo de Keith William, como presidente ejecutivo de British Airways, por Alex Cruz son «innovación»«eficacia»«agilidad» «flexibilidad». Así se concreta en el hecho relevante con el que el grupo aéreo comunicó ayer la ascensión de un recién llegado-seguro que la expresión no le hace justicia- al puesto más relevante de uno de los mayores conglomerados aeronáuticos.

Vueling es la última compañía que se integra -sin contar a la irlandesa Aer Lingus- en el grupo hispanobritánico, pero desde luego su consejero delegado -hasta ahora- no es el último mono del sector. Dentro de IAG (International Consolidated Airlines Group) se conoce su capacidad para obtener rendimientos de una compañía aérea, una low cost, eso sí, con todo el cambio que eso implica para un sector que con frecuencia se ha visto atenazado por una estructura de costes difíciles de mantener. «Las grandes compañías aéreas hemos tenido durante mucho tiempo una movilidad de elefante, es normal que se quiere tomar nota de otro tipo de hábitos más flexibles en un momento como el actual», reconocen en el grupo aéreo. Aunque no hay que confundirse: British Airways (BA) es «una máquina de hacer dinero», se dice. De hecho aporta el mejor aeropuerto del grupo, Londres-Heathrow, y el 90% de los beneficios. Hasta septiembre de este año, BA ganó 825 millones de euros, mientras que Iberia consiguió un beneficio de 200 millones de euros, Vueling, 178 millones y Aer Lingus de 45 millones. Asimismo, vuela a más de 170 destinos en 70 países y dispone de una flota de más de 280 aviones y tiene más de 40 millones de clientes al año. «Que nadie se piense que Cruz va a salvar al grupo británico», puntualizan las fuentes consultadas. Pero, a pesar de que la antigua compañía de bandera británica se mueve en un entorno de mucho dinero -muchos ingresos-, sí que tiene un amplio margen de mejora en el capítulo de los costes. Y es ahí donde con gran seguridad encaja el perfil de Alex Cruz, un ejecutivo que es capaz de combinar resolución y sencillez, valores que no han pasado desapercibidos para Willie Walsh, presidente ejecutivo de IAG, de quien dependerá Cruz.

«Acepto este cargo en British Airways con gran satisfacción y espero trabajar el próximo año en una de las más grandes e icónicas aerolíneas del mundo. El desafío de British Airways es continuar brindando un excelente servicio a sus clientes asegurando, al mismo tiempo, el cumplimiento de los objetivos financieros que IAG ha establecido para nosotros». No hay matices en el mensaje oficial que lanzó Cruz ayer a través del grupo, pero está claro que llega con el compromiso de rendimiento en la gestión.

Formado en EEUU

Casado y con cuatro hijos, Cruz (Bilbao, 1966) se ha formado en EEUU. Se licenció como ingeniero industrial en Michigan, completó sus estudios en la Universidad de Ohio y en la escuela de negocios Edwin Cox de Dallas. Aunque comenzó trabajando para American Airlines desde la ciudad tejana, el gran reto de Cruz se produjo en el 2006, cuando fue nombrado consejero delegado de Clickair, la aerolínea impulsada por Iberia. Lideró su crecimiento durante tres años, hasta que se fusionó con Vueling, la low cost participada por el Grupo Planeta, que acabó por dar nombre al proyecto que ganó la apuesta por hacer del aeropuerto de Barcelona su base de operaciones.

El exministro Josep Piqué fue elegido presidente y Cruz ocupó el cargo de director general y luego el de consejero delegado. Tras la absorción de IAG, Piqué acabó dejando la presidencia de Vueling en el 2013 y Cruz, que ya llevaba en la práctica la gestión, asumió también la presidencia.