MOMENTO CLAVE DE LA NEGOCIACIÓN

Miles de personas protestan Bruselas contra los Tratados TTIP y CETA en Bruselas

Greenpeace activists hold banners and giant eyes during a demonstration against the trade agreements TTIP, CETA and TiSA in front of the U.S. Mission in Geneva

Greenpeace activists hold banners and giant eyes during a demonstration against the trade agreements TTIP, CETA and TiSA in front of the U.S. Mission in Geneva / DBA/ /KV

SILVIA MARTÍNEZ / BRUSELAS

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La movilización sindical, social y política contra los Tratados de Libre Comercio que negocian la Unión Europea y Estados Unidos (denominado TTIP) y la UE y Canadá (conocido como CETA) sigue recorriendo kilómetros. Este martes ha llegado hasta el corazón de Bruselas donde se ha concentrado entre 10.000 y 15.000 personas -entorno a 9.000 según la policía- frente a la sede de las instituciones europeas para protestar contra unos pactos que, según los manifestantes, beneficiarán a multinacionales y potencias financieras en detrimento de consumidores y trabajadores.

"Estos tratados son máquinas de guerra en beneficio de las grandes empresas", alertaba el eurodiputado ecologista bela Philip Lamberts, que ha criticado a la comisaria Malmström por sostener que quien está contra estos acuerdos es demasiado estúpido. "Es justamente porque hemos leído bien el texto que estamos en contra", añadía desde un cortejo que ha recorrido la principal arteria del barrio europeo para terminar frente a la sede del Consejo donde los ministros toman habitualmente sus decisiones.

La protesta, que se produce tras las masivas manifestaciones vividas este fin de semana en Alemania y Austria, ha sido organizada por la plataforma de asociaciones belga CNCD-11-11-11 que ha logrado reunir a formaciones políticas, sindicatos, asociaciones y muchos trabajadores. Este es el caso de la española Isabel Caño, representante de UGT en Bruselas, que acudía para mostrar su desacuerdo con el TTIP y el CETA y la forma de negociarlos. “No van a garantizar más riqueza sino menos mecanismos sociales y de protección para el empleo, el medio ambiente o la agricultura”.

REUNIÓN CLAVE

La fecha escogida para manifestarse no es una cualquiera. El viernes los ministros de comercio de los 28 se reúnen en un consejo informal en Bratislava (Eslovaquia) para hacer balance de las conversaciones con Washington y debatir la forma de responder a las preocupaciones que ha generado el acuerdo económico y comercial con Canadá, cuya negociación ya está terminada –finalizó en febrero de 2016- pero que todavía debe recibir vía libre del Consejo y de la Eurocámara antes de la firma prevista para finales de octubre.

"Este tratado representa el caballo de troya del TTIP con Estados Unidos porque a las empresas americanas les bastará crear una filial en Canadá para acceder al mercado europeo y utilizar los tribunales de arbitraje previstos en el CETA", explica Michel Cermak sobre un tratado que ha tardado más de un lustro en negociarse pero que Bruselas confía en ratificar en poco más de un mes. Algo nada imposible si se tiene en cuenta el empujón que el partido socialdemócrata alemán acaba de darle al CETA. Durante una convención celebrada el lunes, la formación que lidera Sigmar Gabriel expresó un amplio apoyo al pacto con Canadá siempre que Bruselas y el gobierno canadiense suscriban una declaración vinculante resolviendo dudas pendientes y la Eurocámara lance una consulta con la sociedad civil y los parlamentos. La comisaria de comercio, Cecilia Malmström, insiste en que no hay vuelta tras. “Si no lo aprobamos estaremos mandando el mensaje al resto del mundo de que no somos un socio fiable”.